Obvio no me refiero a las
encargadas de realizar la limpieza de las calles, aunque no te estoy
recomendando que a ellas sí las mates; nunca mates a nadie, ni a las hormigas… si
necesitas comer, come cosas que no se mueran; eso no quiere decir que te
vuelvas vegano, porque las plantas también piensan y hasta creo que tienen
alma. Igual come carne; a las vacas las matan por su bien, de todos modos se
van a morir; pero tú nunca mates, sobre todo hormigas, pues. Has lo que quieras
y come lo que quieras, pero cuida tus calorías; te recomiendo que hagas cinco
comidas al día, pero en porciones pequeñas que pertenezcan a los tres grupos
alimenticios, no sé cuáles son, pero no comas cochinadas. Ni hormigas, porque
pican. O aliméntate de puras cosas que caigan de los árboles: frutas sí,
pájaros muertos no, obvio, ni aunque los mates, como Melín y Melambes… es un
chiste que nunca entendí. En resumen: come, pero no mates… creo que es una ley
de la vida o de la naturaleza, no sé.
― Pero,
¿Por qué no puedo matar a una hormiga?
― Ay
no, digo, sí se puede, son chiquitas nomás las aplastas y ya, pero písalas
bien, porque si sólo les vuelas la cabeza siguen vivas por siempre… no piensan,
pero están vivas ¿Y por qué me lo preguntas?
― Tú
lo dijiste… ¿Por qué no me recomiendas matar a una hormiga?
― Pues
porque luego vienen todas sus amigas bien enojadas al entierro y se arma un
desmadre. Por cierto, me dijeron mis amigas que anoche te vieron metiéndole
mano a una golfa en el antro, que traía una minifaldita que ya verás… ¿Me
engañas?
― Mmh
¿Y tú eres vegana?
― Ay
nooo, cómo crees, yo como de todo, pero sabes bien que cuido mi figura… hago
cinco comidas al día.
― A
ver cuéntame...
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