sábado, 14 de junio de 2025

 

Holden y el viaje del antihéroe


 J. D. Salinger para iniciados, con spoilers

 

Sally sabía muchísimo de obras de teatro, literatura

y esas cosas. Si alguien sabe mucho de esas cosas

se tarda bastante en descubrir si es estúpido o no.

J.D. Salinger

El Guardián entre el centeno

 

Calificada como una obra maestra de la literatura del siglo XX, El Guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, ha sido fuente de debate sobre los múltiples significados que arroja la narrativa en primera persona de Holden Caulfield, joven de 16 años, que a veces parece tener 30, como su autor en la época en que lo escribió, o a veces 10, como su hermana Phoebe en la obra, que le soluciona el clímax. Lo cierto es que su lectura nos da lecciones en la forma de encontrar la madurez (o no, según el lector), de ser rebelde a la vida… todo entre un Nueva York posguerra de un país que gritaba el progreso a los cuatro vientos.

Publicada en 1951, con narrativa platicona llena de personajes (casi 50), digresiones y ambigüedades, pero que nunca nos separa de la lectura. Podríamos decir que el lugar común es el alcohol, sexo y el desinterés como signo de rebeldía, pero las digresiones son el hilo conductor. Hay mucho que contar, pero, en el curso de la historia, hay quienes con la lectura de El Guardián entre el centeno se vuelven pro-Holden, anti-Holden o yo-soy-Holden. Según.

Todo el mundo comenta El Guardián entre el centeno, aunque no todo el mundo lo haya leído, pero entrar en esta novela corta es rápido y siempre te hará pensar sobre tu propia vida. Surgen preguntas y algunas de ellas quedan en nosotros mismos.

La novela es más fraternal que visual. No es narrativa tipo cine, como se usa actualmente, nos da cierta animadversión hacia Holden y lo que piensa o decide a cada momento de su viaje. No es un Viaje del Héroe, como el esquema narrativo del cine, tampoco –aunque su alcoholismo temprano, repulsión a la gente, malas decisiones, lo muestren como tal– un antihéroe.

El guardián entre el centeno (¿Por qué el título?) representa la lucha por la inocencia frente a la hipocresía del mundo adulto. Holden, al ser expulsado de la escuela, se embarca en un viaje por Nueva York, donde experimenta situaciones que reflejan su crisis existencial y su rechazo a la sociedad superficial, a la cual pertenece. Holden no se adapta a las normas impuestas. Pero cada decisión que toma en este viaje lo acerca un poco hacia una madurez, o por lo menos el camino. Eso dice la banda promocional.

El autor. Conociendo la vida de Salinger, nos damos cuenta que los niveles de Autor-narrador-protagonista son cruzados sin avisar, lo cual es parte de la conexión que logra con el lector para que este lo haga una experiencia muy personal.

J. D. Salinger vivió una vida marcada por su lucha para mantener su privacidad. Muchas de sus vivencias las plasma en unos u otros personajes de su obra magna. Fue testigo de los horrores de la guerra (la segunda del XX) participó del desembarco en Normandía. Esto influyó en su obra, y le trajo problemas psiquiátricos. Intentó superar su trauma a partir del descubrimiento de la meditación Advaita Vedanta, a la cual consagró el resto de su vida.

A pesar de su fama, Salinger se retiró de la vida pública, aunque continuó escribiendo en privado. Dejó de publicar en 1965, aunque continuó escribiendo y guardó obras inéditas en una caja fuerte. Su hijo Matt, albacea de la obra, trabaja en la ordenación de ese archivo inédito y en combatir los "mitos falsos" sobre su padre.

Luego del éxito gracias a El Guardián entre el Centeno (1951), novela donde uso facetas de personajes utilizados en dos cuentos publicados en 1945 y 1946, llegó Nueve Cuentos (1953), una selección de sus mejores cuentos. Posteriormente publicó a Franny y Zooey (1961), historia que utiliza rasgos de otros relatos publicados en The New Yorker. En 1963, publicó Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una Introducción, en un mismo volumen. En 1965 publica su última obra conocida: Hapworth 16, 1924, donde cierra el ciclo de Seymour Glass, otro alter ego redundante. En 1997 este relato fue editado como libro, sin éxito. J.D. Salinger murió el 27 de enero de 2010.

Tres pelis: Salinger y su descendencia nunca han permitido que la novela sea llevada al cine, pero existen tres filmes que nos acercan más al autor y su obra, dos de ellos basados en libros:

La película Rebelde entre el centeno (2017) sigue la vida de Salinger centrándose en las circunstancias que rodean la creación de El guardián entre el centeno. Está basada en el libro "J.D. Salinger: Una vida oculta" de Kenneth Slawenski. Después de leer la novela, con esta película comprendes el proceso creativo del autor.

Mi año con Salinger (2020), basada en el libro del mismo nombre, de Joanna Rakoff, narra el episodio vital de una joven poeta que consigue un trabajo en la editorial donde J.D. Salinger (no) publica, y es la encargada de (no) contestar los cientos de cartas que le llegan al autor de El Guardián entre el centeno. Jerry, así le dicen, aparece de manera fantasmal en el filme, pero la historia nos da algunas facetas de su vida a fines del siglo XX.

Coming trough te rye (2015), traducida al español como Viniendo a través del centeno, nombre de un poema y una canción, es una peli donde un joven tipo “yo-soy-Holden” (virgen, también), cree estar destinado a adaptar al cine "El guardián entre el centeno" para interpretar a Holden Caulfield. y busca el permiso de J.D. Salinger, pero en el camino se enfrenta al amor, el sexo y la pérdida. Ñoño, pues. Lo interesante de este filme es el diálogo de este chico con Salinger, donde el autor explica por qué no quiere que su obra sea llevada al cine NUNCA.

Mi versión de los hechos. La verdad, en mi lectura de esta novela, en algunos momentos fui anti-Holden, otras Pro-Holden, pero terminé sintiéndome Holden cuando todas las cosas confluyeron en el momento de tomar la decisión más delicada: “Qué quiero ser”.

Entre todas las dicotomías que aquejan la juventud de Holden, como las experiencias dolorosas en contra de la insensibilidad; la divergencia entre amor y sexo; el adiós a la inocencia, donde existen un par de metáforas (el mismo título) sobre la pérdida de inocencia –o la rebeldía de Holden a renunciar a ella– y la madurez, la cual, por debajo del agua helada donde no hay patos, llega en un momento al final de la novela; La falsedad contra la autenticidad: se contradice cuando odia a la gente falsa y él mismo miente sin ton ni son. A veces pensamos que su narrativa es toda una mentira, pero no. Otras situaciones que enfrenta Holden son la vida y la muerte, la falta de figuras con autoridad, que a la vez le generan una sensación de soledad en cualquier escuela de la que es corrido.

Pero a lo largo del viaje Holden recurre a los versos de un poema de Robert Burns, que al encontrarse con su hermana Phoebe descubre que lo recordaba mal y volver a estos versos le da algunas repuestas, aquí el poema completo A través del centeno, que nos arroja luz sobre el protagonista:


A través del centeno, pobre chica, 

A través del centeno, 

Arrastraba las enaguas. 

A través del centeno.


Si dos personas se encuentran 

A través del centeno, 

Si dos personas se besan. 

¿Tiene alguien que llorar?


Si dos personas se encuentran 

A través de la cañada; 

Si dos personas se besan, 

¿Tiene el mundo que saberlo?


Jenny es una pobre chica empapada; 

Jenny casi nunca está seca;

Arrastraba las enaguas, 

A través del centeno.

Otra de las guías para resolver sus grandes dudas surge del señor Antolini, su ex maestro de literatura, en una plática donde le expresa la frase de Wilnelm Stekel: “Lo que distingue al hombre inmaduro es que desea morir noblemente por una causa, mientras lo que distingue al hombre maduro es que desea vivir humildemente para una causa”.

“Por dentro debo ser el peor pervertido que han visto en su vida” piensa Holden en algún momento de su viaje, pero cuando la pequeña Phoebe lo amenaza con seguir sus pasos, Holden le confiesa lo que le gustaría hacer en esta vida: “Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer”.

Las peripecias de Holden Cauldfiel en Nueva York toman forma con esta confesión, donde se siente dispuesto a enfrentar lo que venga con valor. Por eso el título. Leer El Guardián entre el centeno nos hará sentir ese momento que en alguna vez todos debemos enfrentar. Se los recomiendo.


Este artículo se publicó en el periódico

Ecodiario de Zacatecas, el 15 de junio del 2025

 


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