sábado, 29 de marzo de 2025

 

Stefan Zweig en tonos pastel

 


“Desde que existe el libro nadie está ya completamente solo,

sin otra perspectiva que la que le ofrece su propio punto de vista,

pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado,

el pensar y el sentir de toda la humanidad”.

Stefan Zweig

 

Libro(s)-VS-Peli(s).

 

Al hablar de películas de autor, siempre, en la visión de todo lector-cinéfilo, que somos muchos, el libro estuvo mejor que la peli. Ya lo hemos dicho más de una vez, este pensamiento ha generado las discusiones Libro-VS-Peli, pero, ¿hay alguna película que le gane al libro, en cuanto a su rica narrativa y sensación que nos deja al final? Aquí vale la pena hablar de un gran autor, sus libros, las películas adaptadas de sus libros y el director que ha roto los estándares de cómo hacer cine.

En el año 2014 salió a la luz una de las películas más insólitas en cuanto a su riqueza de imagen y genialidad de producción: El Gran Hotel Budapest, dirigida por Wes Anderson, la cual tuvo 9 nominaciones a los permios Oscar del cine, con excelentes actores que se pelearon por un papel en la cinta y una visual de cineasta que recorrió las épocas del cine mundial y su avance narrativo. Pero todo esto se logra en las obras cuyo autor tomó como referente el director para realizar el guion: Stefan Zweig (1881 – 1942).

Todos sabemos que el autor más adaptado al cine y la TV es Stephen King, pero tal vez el segundo lo sea Stefan Zweig, teniendo más de 15 filmes basados en su obra y su vida, que también tuvo elementos de drama de los grandes. King lleva la ventaja al escribir en el –socorrido por Hollywood– género de terror, mientras Stefan Zweg, escritor austriaco, nacionalizado británico, aborda la aventura increíble y el amor (en todas sus letales dosis), por lo que debemos obviar la comparación, aquí los filmes adaptados:

Parece que fue ayer' (1933) La primera versión al celuloide sobre una novela de Stefan Zweig, que Universal Pictures dijo que era una adaptación de 'Apenas ayer' de Frederick Lewis Allen, pero el público y la prensa se dieron cuenta que era una copia pirata de 'Carta de una desconocida' de Zweig. La editorial de Zweig en Estados Unidos, exigió el reconocimiento de la adaptación, cosa que la historia le otorgó.

La locura del trópico (1934) Basada en la novela 'Amok', que hace referencia al conocido "Síndrome de Amok": un comportamiento asesino o autodestructivo, seguido de amnesia o agotamiento.

'María Antonieta' (1938) Zweig escribió biografías de personajes como María Estuardo, Fernando de Magallanes o Erasmo de Rotterdam. Su biografía sobre la reina francesa María Antonieta fue una de las más aclamadas, sirviendo como base para la película dirigida por W.S. Van Dyke.

'Rosas blancas' (1943) Otra adaptación de 'Carta de una desconocida'. De origen finlandés. En este filme tampoco aparece Zweig en los créditos.

'Carta de una desconocida' (1948) Max Ophüls, cineasta alemán de origen judío, realizó una adaptación que respeta el espíritu original de la novela.

'Ya no creo en el amor' (1954) Roberto Rossellini dirigió y coescribió la adaptación del relato corto 'Miedo' de Stefan Zweig.

'Juego de reyes' (1960) 'Novela de ajedrez', última novela que escribió Stefan Zweg, fue adaptada al cine por Gerd Oswald.

'Secreto en llamas' (1988) Aunque ya había tenido dos adaptaciones al cine, una en 1923 y otra en 1933, no fue hasta 1988 cuando pudo verse en condiciones una película de la novela 'Ardiente secreto', titulada como 'Secreto en llamas' y dirigida por Andrew Birkin y protagonizada por Faye Dunaway.

'24 horas en la vida de una mujer' (2002) Esta novela también ha tenido varias adaptaciones cinematográficas. La primera fue en Alemania, en 1931, seguida de otra en Argentina en 1944, después una producción en el Reino Unido en 1952 y en 1968 fue Dominique Delouche el que la adaptó, no pudiendo presentarla en el Festival de Cannes. En 2002 llegó se logra la versión más aplaudida, dirigida por Laurent Bouhnik.

'Carta de una mujer desconocida' (2004) La célebre novela de Stefan Zweig tuvo una nueva versión que también logró una magnífica respuesta. El filme traslada la acción a la ciudad china de Pekín en 1948, manteniendo el espíritu de la obra original.

'La promesa' (2013) Patrice Leconte adaptó la novela 'Viaje al pasado' con el nombre 'La promesa', elegante triángulo amoroso protagonizado por Richard Madden, Rebecca Hall y Alan Rickman. El joven Friedrich Zeitz, recién licenciado en ingeniería y de origen humilde, trabaja para el magnate Karl Hoffmeister, y acaba enamorado de la esposa de su jefe, Charlotte, 30 años más joven que su marido.

'El gran Hotel Budapest' (2014) A la hora de crear 'El gran Hotel Budapest', Wes Anderson y el guionista Hugo Guinness se inspiraron en varias obras del escritor austríaco, como 'Veinticuatro horas en la vida de una mujer', las novelas 'La piedad peligrosa', 'La embriaguez de la metamorfosis' y su autobiografía 'El mundo de ayer'.

El filme tiene varios elementos propios de las obras de Zweig como el recordar historias del pasado, los amores fugaces o las pasiones no correspondidas, agregando humor y misterio al estilo de Anderson, quien confiesa: "Me encantó ‘Beware of Pity’, también leí The Post Office Girl. El Gran Hotel Budapest tiene elementos que fueron robados de ambos libros. Dos personajes de nuestra historia están vagamente destinados a representar al propio Zweig: nuestro personaje ‘Autor’, interpretado por Tom Wilkinson, y la versión teóricamente ficticia de él mismo, interpretada por Jude Law. Pero, de hecho, M. Gustave, el personaje principal interpretado por Ralph Fiennes, también está modelado significativamente en Zweig".

El gran hotel Budapest, que cuenta la historia de un conserje y su amistad con un joven empleado en un famoso hotel europeo en el período entreguerras, incluye buenas historias dentro de historias y giros inesperados, por lo que podemos afirmar, junto al hecho de que la peli está basada en varios libros y el mismo escritor, que la peli está mejor que los libros, pero muy poco. 

Finalmente, 'Stefan Zweig: Adiós a Europa' (2016) Dirigida y coescrita por Maria Schrader, sin estar basada totalmente en la autobiografía de Stefan Zweig, narra los últimos años de la vida del escritor en Petrópolis, luego de su paso por Buenos Aires y Nueva York.

La vida en sí de Zweig nos da para pensar como nos volvemos presos de la historia. Stefan Zweig nació el 28 de noviembre de 1881 en Viena, en el Imperio Austro-húngaro. En 1901 publicó sus primeros poemas y tres años después su primera novela, 'En la nieve'.

Sus novelas fueron muy populares en los años 30 y 40, debido a su carácter pacifista. Tras huir de Austria, por su condición de judío, y refugiarse en el Reino Unido, donde obtuvo la nacionalidad británica, Zweig emigró a América del Sur, estableciéndose en Petrópolis, Brasil, lugar donde, junto con su esposa Charlotte, se suicidaron en febrero de 1942, por el temor que tuvieron de que el nazismo dominase el mundo. Triste y actual ese temor.


Este artículo se publicó en el periódico Ecodiario Zacatecas

el 30 de marzo del 2025

sábado, 15 de marzo de 2025

 

Manual para no usar la IA en la creación literaria

 


 “Si la inspiración es el momento previo a la creación, 

el detalle constructivo es lo que la hace posible…”

Arq. Mies van der Rohe

 

 “La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido”.

Jorge Luis Borges

 

Una serie de acontecimientos y noticias ponen sobre la mesa de discusión la utilidad o no de la primera generación de Inteligencias Artificiales (IA) en el devenir social y su utilidad verdadera en las actividades humanas (si es que los humanos todavía realizan alguna actividad).

A partir del 1 de enero de este 2025 los humanitos que nazcan son llamados Generación Beta, caracterizada por haber nacido en el cobijo y evolución de la IA. Si la generación Alfa, parida en el entorno digital, vive alejándose de la realidad, la Beta ni siquiera creará una realidad alterna, pues la IA le proporcionará una.

En un reciente curso sobre cuento que impartí, un autor presentó a revisión un texto “generado por Inteligencia Artificial”, cosa que no le di importancia y lo revisé, junto con los demás textos propuestos, concluyendo que el texto presentado carecía de elementos vitales, reflexiones, que no comunicaba experiencias; fue cuando el autor me recordó que lo había generado con IA… y yo dije: “ah”.

La IA no tiene vida, por tanto, no puede narrarla como un escritor mortal. Pensé. El poder de la ficción es transformarnos la vida, y aquel relato parecía más un paseo por coche que una vivencia.

Para conocer más a fondo los ires y venires actuales de la IA, recomiendo el libro Inteligencia artificial, Guía para seres pensantes, de Melanie Mitchell, que separa todo lo que prometen las grandes empresas del internet al usar su IA (que ni sabemos si de veras es IA), de lo que verdaderamente es y promete ser a corto plazo. Hace un examen del estado actual de la inteligencia artificial y de cómo está rehaciendo nuestro mundo. “Ninguna empresa científica reciente ha resultado tan seductora, aterradora y llena de extravagantes promesas y frustrantes reveses como la IA”, asegura.

Melanie Mitchell, científica informática, revela, al inicio de su libro, la reciente oleada de aparentes éxitos, las esperanzas y temores que rodean a la IA, así como las cuestiones más urgentes: ¿hasta qué punto son realmente inteligentes los programas de IA? ¿Qué pueden hacer realmente? ¿Qué tanto esperamos que se asemejen a los humanos y cuándo debemos preocuparnos de que nos superen? Mitchell describe los programas más avanzados, sus inventores humanos y las líneas de pensamiento históricas que sustentan los logros recientes, proporcionando una idea clara de lo que el campo ha logrado y cuánto le queda por recorrer.

Volviendo a los textos propios, ¿Nos afecta usar la IA para crear una historia “propia”? Bueno, pues de entrada NO es una creación propia, sino un texto asistido y –hasta cierto punto– plagiado.

“Editores y autores franceses denuncian a Meta por usar sus trabajos para educar a su Inteligencia Artificial” dice una nota reciente, que nos da cuenta de que el programa inteligente utiliza bases de datos existentes, que no son de su propiedad, o bien los datos que ofrecemos al solicitar “el trabajo”, lo cual hace que cualquier historia generada tiene una raíz en la data universal. Nada es creado desde cero, o desde el punto eurekasiano del brote de la inspiración humana.

La IA escribe libros, pero estos son llamados “sin autor”, y tienen dos grandes desventajas:

Falta de originalidad: La IA puede crear textos convincentes, combinaciones de patrones y datos previos, pero carecen del toque humano o la reflexión que los escritores aportan a sus obras.

Sin contexto emocional: Las IA pueden imitar emociones, pero no experimentan el mundo de la misma manera que un ser humano. Los libros “sin autor” carecen de una resonancia emocional.

¿Son mejores los libros escritos bajo nuestro propio esfuerzo?

El editor argentino Guillermo Schavelzon hace una comparativa sobre los libros sin autor que vende Amazon (donde no paga regalías a nadie) y los firmados al calce por alguien que sacó las palabras a tinta y sangre: “su pobreza literaria y mediocridad impiden su éxito comercial. Amazon no ha logrado, pese a sus enormes recursos, posicionarlos entre los más vendidos. Son libros cuya generación se aplica la información algorítmica obtenida de millones de libros analizados (sin permiso ni remuneración al autor ni a su editorial), que para reemplazar al escritor han resultado ineficaces”, argumenta. Pero la gente prefiere comprar obras de quien conoce y ha visto caminar en alguna de las redes sociales.

“Los libros ‘sin autor‛ tienen tramas predecibles, personajes estereotipados, lenguaje simplificado y giros dramáticos demasiado calculados, y no tienen ninguna innovación, la expresión es de una simplicidad empobrecedora” analiza el editor.

“El Gremio de Autores de Estados Unidos certificará libros creados por ‘intelecto humano’ en lugar de por inteligencia artificial”. asegura el diario británico The Guardian, sobre las primeras medidas que toman los creadores para garantizar la originalidad de los escritos humanos y no engañar al lector. “El portal en línea Human Authored permite a sus miembros registrar su libro y utilizar un logotipo especialmente diseñado en las portadas y los materiales promocionales”.

Según Human Authored “no se trata de rechazar la tecnología, sino de crear transparencia, reconocer el deseo del lector de conexión humana y celebrar los elementos exclusivamente humanos de la narración”. Según The Guardian, la directora ejecutiva de HA, Mary Rasenberger, menciona: “Los autores pueden seguir calificando si utilizan la inteligencia artificial como herramienta para la corrección ortográfica o la investigación, pero la certificación implica que la expresión literaria en sí, con la voz humana única que cada autor aporta a su escritura, emanó del intelecto humano”.

Esta puede ser una acción que nos permita diferenciar entre lo digital y lo esencial. Para un escritor sucede lo mismo que para un estudiante cuya tarea de fin de semestre fue hecha por una IA: tal vez pase el curso, pero no obtuvo ningún aprendizaje.

 

 Este artículo fue publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 16 de marzo del 2025

 

sábado, 8 de marzo de 2025

 

LibrosVSPeli: La Ciencia Ficción de Simon Stalenhag


 

“Entre el pensamiento y la palabra hablada existe una fisura en la que puede penetrar la intención, el símbolo puede ser abstraído y la mentira admitida en la existencia”

Ursula K Le Guin

(La ciudad de las ilusiones)

 

Lo abstracto está formado de palabras dúctiles; la fantasía, de sueños que omiten la palabra “improbable”; la Ciencia Ficción, la CF es una abstracción que construye los sueños con artefactos. Mientras exista el futuro habrá Ciencia Ficción, lo diré yo en alguno de mis futuros libros. Retomando: lo abstracto es la idea, la fantasía es el mundo en el sueño, y la CF es la vida como sería la vida si hubiera otra vida… y la Ciencia Ficción de Simon Stalenhag es otra cosa.

Sus libros –que son historias gráficas, que nos llevan más allá de la descripción lingüística–, Tales from the Loop o Leyendas desde el bucle, y Estado Eléctrico, hablan de una ciencia ficción discreta, donde los artilugios y las teorías son personajes de la misma historia, que al parecer ya los hemos visto antes.

Una Suecia distópica llena de robots y dinosaurios, donde la gente se maravilla con su inquietante fusión de ciencia ficción y suburbios: pueblos rurales donde los niños pasan tardes apáticos explorando esqueletos de robots oxidados y torres de refrigeración gigantes acechan el horizonte.

Ninguna de las obras de Simon Stalenhag está en el futuro sino en el pasado; en concreto, su infancia en los años 80 en Färingsö, una gran isla situada Suecia. "Suecia es plana y aburrida", dice. "Pero creo que las partes aburridas son emocionantes. Siempre me ha disgustado la estética demasiado dramática. Cuando fui a los EE. UU. por primera vez, mis ojos ni siquiera podían procesar los paisajes Disneyescos”.

Stalenhag escribió Tales from the Loop, porque los fanáticos le enviaban historias que habían ambientado con sus pinturas, las cuales se alejaban mucho de sus ideas, por lo que tuvo que hacer una versión que cubriera ambos sectores del arte. Su arte va más allá de la historia que nace de las mismas imágenes que completan las novelas gráficas de Simon.  

Tales from the Loop está ambientado en una historia alternativa; La construcción de un acelerador de partículas gigante en la Suecia rural, que los lugareños llaman “The Loop”. Cuando se cerró en 1994, había formado a una generación de niños, para quienes los robots, las pistolas de partículas y los dirigibles eran tan cotidianos como los deberes y la hora del té. Hay poca trama en las historias, a menudo muy cortas, que son tan fugaces como un recuerdo a medias: dos gemelos intercambian cuerpos accidentalmente (sus padres nunca se dan cuenta), una ruptura en el espacio y el tiempo hace que los trilobites se apoderen del gimnasio de la escuela, un enfrentamiento entre la policía y un niño rebelde que empuña un guante robótico… y cosas así.

La serie de TV, producida por Amazon Prime, presentó un par de problemas: buscó competir con Black Mirror y Stranger Things al ofrecernos una visión retrofuturista de historias raras. Pero volviendo al término de “CF discreta” del Loop, formó un producto diferente que no pudo competir, pues la serie no renovó temporadas, aunque Simon tenga una segunda parte de Tales from the Loop.

La otra: los cuadros que ambienta Stalenhag sirvieron como “story board” para la producción y dieron muy poca libertad al director para presentar su propuesta, por lo que los capítulos se parecen a las cartas que los fans le enviaban a Simon sobre sus imágenes.

Viene algo nuevo: Netflix estrena el próximo 14 de marzo la cinta Estado Eléctrico, basada en otro libro de Simon Stalenhag. La peli es una mezcla de ciencia ficción, road movie y un relato intimista que busca emocionar e impresionar visualmente. Con un mundo al borde del colapso y una estética que combina la melancolía retro con una visión futurista desoladora, Estado eléctrico es la producción más cara de Netflix hasta la fecha, con 320 millones de dólares de presupuesto.

En Estado eléctrico, ambientada en un distópico 1997 en el que los robots se rebelaron contra los humanos por las vejaciones a las que éstos les sometían y acabaron perdiendo, conoceremos a Michelle (Millie Bobby Brown), una adolescente huérfana con poco respeto por la autoridad y nulas intenciones de abrazar la tecnología que Sentre, la empresa que dio la victoria a los humanos, ofrece al mundo.

Todo cambia cuando un autómata aparece ante Michelle diciendo ser su hermano menor al que daban por muerto, comenzando así un viaje en el que no tardaremos en conocer a Keats (Chris Pratt), un otrora soldado de la resistencia humana y ahora contrabandista, que va siempre acompañado por un robot con consciencia, como todos los que se opusieron a seguir siendo meros esclavos.

Los hermanos Russo, apoyándose en el trabajo de Stalenhag, han buscado crear todo un universo donde los robots viven hacinados en reservas, la humanidad acepta el establishment y esa suerte de realidad virtual que se creó en aras de salvarnos de los autómatas se ha tornado en un peligroso medio de adoctrinamiento y evasión.

La película tiene muchos brincos entre acción y datos que podrán hacernos perder el hilo, pero está bien para los fanáticos de la ciencia ficción y la robótica, que no sentirán que el libro estaba mejor que la peli.


Publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el día 9 de marzo del 2025

sábado, 22 de febrero de 2025

 

El viejo sin mar

 


 Ni por mar ni por tierra encontrarás un camino

que conduzca a los hiperbóreos.

 Friedrich Nietzsche

El Anticristo

 

Un hombre puede resistir todo,

excepto el peso de las palabras.

Ernest Hemingway

El viejo y el mar

 

En estas fechas (de estiras y aflojas sociales, carencias de poder y robos en despoblado del gobierno) me ha dado por pensar que Zacatecas no tiene una historia ganadora. Alguien dijo que ciudades enclaustradas entre cerros, carentes de un horizonte probable y consecutivo, causan en sus habitantes una cierta agorafobia que les impide salir en busca del Hiperbóreo y encontrar otros futuros posibles. No me lo crean, pero también es el efecto de vivir en una ciudad sin mar.

En esta ciudad sin salida vive un hombre sin dioses qué adorar, sin verdadera raigambre por sus raíces pétreas, pero que se niega a salir en busca de su futuro. Eso me recuerda a Santiago, el veterano pescador de El viejo y el mar de Ernest Hemingway, pero también las razones de El Anticristo, de Friedrich Nietzsche.

Repasemos la historia: Zacatecas no participó en la independencia ni la revolución. En la Toma de Zacatecas nosotros pusimos los muertos. Un día después del 23 de junio del 1914 la ciudad tenía la mitad de habitantes. Los ganadores cavaron grandes fosas comunes y se largaron con la plata que encontraron. No ha habido un presidente de la república zacatecano (salvo el leve triunvirato, que no cuenta). Los pequeños héroes del todo han tenido que emigrar de estas tierras en busca de la hiperbórea para ser diferentes. Somos un estado norteño (región de progreso) más pobre que las entidades sureñas. Haciendo a un lado el orgullo, podríamos decir que somos unos jodidos conformistas (sin mar ni sueños).

En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Su nombre proviene del griego ‘más allá del norte’. Los hiperbóreos son miembros de un pueblo que vivía en una región de sol perpetuo.

Para Grecia el mar era un elemento muy importante que rodeaba todo su mundo y tenía su propio Dios: Poseidón, y un sinnúmero de leyendas. Platón describía así a los griegos: “Como ranas nos hemos establecido en torno a este mar (El Egeo)”. Su destino navegó entre monstruos marinos, sirenas y dioses del mar, náufragos y ahogados. En el mar griego nacieron cosas hermosas, como Afrodita, pero también pesadillas inolvidables. El mar ha sido origen del sueño de zarpar en busca de lo desconocido para lograr la gloria. Pero en Zacatecas no tenemos ese mar que hizo que Santiago tomara su barca para enfrentar a muerte al destino. El conformismo, pues.

El Anticristo Nietzscheano es la obra famosa por la frase “Dios está muerto”, pero que en realidad abre la interrogante al cristianismo conformista en tres postulados para una búsqueda de la felicidad: 1. El cristianismo es el vicio más perjudicial de la humanidad. 2. El nihilismo es el primer paso para erradicar el mal provocado por el cristianismo. 3. El superhombre es el ideal al que debería aspirar la humanidad. Así lo resume Luis Reyes en su ensayo sobre esta obra.

Para Nietzsche, el hombre hiperbóreo es la máscara de Dioniso, y anuncia su llegada a partir de la reflexión del lenguaje, la tragedia y la figura del anticristo. Este ser es el sentido de la tierra, encamina la dirección cultural del ser humano y justifica la creación de valores nobles por medio del instinto artístico. Hacia allá hay que ir. Pero eso reclama esfuerzo. Salir de nuestra concha.

El viejo y el mar, sin tanto rollo metafísico y más frases de “echarle ganas”, es uno de los relatos más bellos jamás escritos: Un viejo pescador (Santiago) emprende su última travesía de pesca (después de 85 días malísimos) y logra dar con una gran pieza contra la que tiene que luchar duramente. Cuando por fin consigue matarla, se ve obligado, por su desmesurado tamaño, a atarla a un costado de la barca, y de regreso a la costa debe afrontar los ataques de los tiburones a su pieza. La vejez, el mar, la lucha del hombre con la naturaleza, el esfuerzo físico, la derrota y la victoria, el sol del trópico o el destino son algunos de los elementos con que Hemingway teje esta verdadera historia inmortal, que es la mejor metáfora de nunca rendirse.

En El viejo y el mar, Hemingway ofrece una profunda reflexión sobre la lucha por la vida y la angustia de los fracasos. Aborda enfrentar los límites del destino y el coraje de los seres humanos para seguir adelante a pesar de las adversidades. Es una novela clásica que vale la pena leer, ya que nos reclama a todos a luchar por nuestras metas. Aquí diez frases de esta obra que nos pueden motivar:

El mundo era tan hermoso que era una pena no nacer dos veces para verlo.

Para lograr algo grande, uno debe tener mucha paciencia y resistencia.

Cuanto más luchas, más fuerte eres.

Aprende a escuchar el silencio, porque es lo único que no te mentirá.

Cada hombre tiene su propia dignidad, y no puede comerciar con ella.

La vida no es siempre fácil, pero hay que seguir adelante a pesar de todo.

No hay nada peor que la muerte de un sueño.

Tener éxito no depende de si eres afortunado o no, depende de lo que hagas con la suerte que tienes.

El coraje es el comienzo de la esperanza.

Es mejor cometer un error con honestidad que lograr el éxito con engaños.

La paciencia es una virtud que cada hombre debería cultivar.

Bueno, son once, pero estos pensamientos nos ayudan a salir del estatismo que las autoridades, los “malaleche” o todo el negativismo mediático nos pone enfrente para detener o apagar nuestros sueños a su conveniencia.

Este viejo sin mar navega en su propio magma imaginario, donde a veces se ahoga o se desintegra, pero la mayoría de las ocasiones rescata una historia digna de contarse. La imaginación es el mar de las neuronas. Pensemos más allá de lo que nos quieren hacer creer… y así llegaremos más lejos.

sábado, 15 de febrero de 2025

 Dopaminarse también causa resaca


“Ambos sabemos que los corazones pueden cambiar

y es difícil sostener una vela

en la fría lluvia de noviembre

November rain

Guns´n´Roses

El mal del 02/15

 

Todo tiene su fecha. En la cuantificación del tiempo se asigna una cifra a cada momento distinto. Para diferenciar eso de los ciclos, tal vez.

Recibí mi notificación de divorcio un 15 de febrero –entonces no existían las novedosas callejoneadas para solteros, o sea que no me perdí de mucho, pero marcó una nueva etapa–. El tiempo despliega cambios, basados en la constante Joséjoseana: “El amor acaba” el apego por una pareja puede terminar un día después (15 de febrero), en tres años (según asegura Frédéric Beigbeder en su novela El amor dura tres años), o un lapso que nos parezca una eternidad, pero definitivamente, como todo ciclo, el amor tiene sus etapas, así como su identificador en el tiempo. Hay señales.

¡Feliz año nuevo! Ya sé que no es fecha, tal vez deberíamos llamarlo “Feliz amor nuevo”, el tiempo de “Jarrito nuevo, dónde te pongo”, como todo inicio del ciclo solar, cuando “estos días sí son nuevos, no como los del año pasado” la idea de un nuevo amor llena nuestras mentes y nuestros propósitos como todo ciclo que inicia. Y hay quienes tienen la suerte de llegar hasta la segunda estación de las etapas del amor: 14 de febrero, la reafirmación san-valentiniana donde obliga el consentirse los unos y los otros y darse los unos contra los otros las mejores muestras de cariño de todo el año.

Y toda esta embriaguez de amor tiene su resaca: el 02/15, hasta-la-belleza-cansa, diría el Príncipe de la canción mentada: “El amor acaba”. Esto tiene una explicación biológica que da nombre a esta nota.

 Se ha demostrado que el amor afecta al cuerpo humano de diversas maneras, alterando su química, según Richard Schwartz, profesor asociado de psiquiatría en la Harvard Medical School (HMS) en un artículo titulado El amor en el cerebro, uno de los primeros efectos del enamoramiento es el aumento del cortisol, la hormona del estrés. Este aumento nos hace sentir los "síntomas de la pasión", como el corazón acelerado y esas cosas. 

A medida que aumenta la hormona del estrés, disminuyen los niveles del neurotransmisor serotonina, lo cual precipita comportamientos obsesivo-compulsivos asociados al enamoramiento (o tóxicos, que abundan), lo que Schwartz describe como "pensamientos invasivos de amor precoz".

Estar enamorado también libera altos niveles de dopamina, una sustancia química que activa el sistema de recompensa del cerebro. La hormona, producida por el hipotálamo, se libera cuando uno realiza actividades que le hacen sentirse bien, como pasar tiempo con los seres queridos, el sexo e incluso ciertas adicciones. 

La dopamina contribuye a hacer del amor una experiencia placentera similar a la euforia asociada al consumo de cocaína o alcohol, dice el autor del estudio. Esta sustancia nos pone eufóricos, felices, e incluso puede disminuir el apetito y provocar insomnio. Síntomas propios del enamorado.

Pero viene la etapa siguiente: la resaca.

Explica Schwartz que, si la fase inicial del amor romántico es obsesiva e incontrolada, durante el primer año de la relación los niveles de serotonina vuelven gradualmente a la normalidad, y los aspectos "tontos" del estado se moderan. A este periodo le sigue un aumento de la oxitocina, asociada a una forma de amor más tranquila y madura. Esta sustancia provoca sentimientos de satisfacción, tranquilidad y seguridad, generalmente asociados al vínculo entre la pareja. 

Al disminuir los niveles hormonales repentinamente, el amor presenta un declive y hace que la persona termine esa relación que “ya no prende” o busque nuevos satisfactores en “terceras personas”. El ciclo de amor puede terminar de manera distinta según la pareja administre esta generación de satisfactores para que sea más duradera la relación, por lo que este “mal del 02/15” puede llevar al fracaso amoroso si no se atiende sabiamente.

Siempre hay cambios en una relación. “Los amantes siempre vienen y los amantes siempre van, y nadie está muy seguro de quién va a soltar hoy e irse”, explica Guns´n´Roses en November rain, y además corea en el estribillo “Todo el mundo necesita un poco de tiempo solo” o de amor propio, diría otro.

“Porque nada dura para siempre, incluso la lluvia fría de noviembre” dicen los roqueros, por lo que un exagerado festejo del 14 de febrero puede traer una resaca de dopamina y hacernos sentir que no vale la pena continuar o hay que buscarse “Un nuevo amor” como cantara María del Sol, hace muchos febreros quince.

“Hablo con la autoridad del fracaso” diría Scott Fitzgerald. Lo cierto es que el amor existe, con sus crestas y valles, el secreto está en hacerlo una “forma de vida” más que un vicio, diría alguien que no ha recibido su notificación de divorcio.

¿Y por qué noviembre gunsrosero? Es sabido por muchos que nueve meses después de febrero llegan los resultados tangibles del amor “verdadero”, pero, para quienes no planearon bien su “día del amor”, terminan por llamar al desliz “bendición” y al amor un error que no se repetirá jamás. Hay resacas que duran, diría el que le da gota cada que pistea.

 

Este artículo se publicó en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el día 16 de febrero del 2025

 

sábado, 8 de febrero de 2025

 

Romeo, Julieta y los Likes


“Nunca hubo una historia más dolorosa

que la de Julieta y su Romeo”.

El príncipe de Verona

Shakespeare

Romeo y Julieta

 

Ah, 14 de febrero, día mundial de la dicha de amar y ser amado (o fingir y ser fingido en un motel, diría el anticupido o Grinch del amor). Nada más bello que el amor y nada más representativo del mismo –en la literatura– que Romeo y Julieta de William Shakespeare. “Pero es una tragedia de familias enemigas que duró seis días y termina con la pareja (de 16 y 14 años) muerta” dicen los posmilenials en los memes pre-amorosos febrerinos que circulan en las redes, donde un like significa un poco de amor por quien te sigue. El amor se transmuta en un simple clic, así de fácil.

Y parece fácil. Romeo y Julieta se ha replicado en cine y hasta en la misma literatura con interminables versiones que no terminan de comprender el sacrificio que significa hundirse en las multiformes aguas de ese mar llamado amor.

«Un par de amantes desventurados se quita la vida» reza el prólogo, pero hay más. La obra shakespeariana puede sufrir de muchos “unlikes” en esta época efímera y falaz. Pero… Se trata de un amor no entendible, ni en los tiempos de Verona ni ahora. La acción-reacción entre el deseo y el amor toma tintes sublimes que necesitan de la tragedia, emulación clásica de la Grecia más antigua, para ser entendidos en su profundidad.

Dicen los amantes, recién se han conocido:

“ROMEO. - Yo quisiera ser tu pajarillo.

JULIETA. - Yo también lo quisiera, dulce bien; pero te haría morir a fuerza de caricias”.

En el hoy se lucha –sin ensuciarse– por imitar el estereotipo. En los ayeres primero había que superar el sentimiento platónico y abrirse (a contracorriente) con la gran valentía de las palabras.

Dirán que soy tan viejo como las obras del dramaturgo inglés, pero inclusive el amor tiene su prehistoria. Ahora amar, en su sentido estricto, es exponerse al escarnio, al NO-like de gran parte de la anchura internetiana… a la envidia de los NO-presentes. Antes era vivir, una razón por y para existir. Aunque el susodicho o susodicha no lo sepa nunca. En la tragedia de Verona, Romeo se cuela en el huerto que tiene vista a la ventana de Julieta y le confiesa su amor, aunque ella no puede oírlo. Luego, ella aparece en su ventana y le confiesa su amor a él, sin saber que está allí. A él lo dan por visto y ella no se da cuenta de las dos palomitas azules que tendría en la modernidad social.

“Si el amor es ciego, no puede dar en el blanco”, dice el amigo Mercurio. Todo está en contra, tanto en una época como en la otra. Pero hay que tener muy claro, sin toxicidades propias de un tiempo plagado de desconfianza, que la tragedia inspira el romanticismo, la prohibición obliga el transgredir, el veneno es la metáfora de una vida más allá de lo imposible. Lo dijo uno y tantos Shakespeares como obras del autor inglés existen.

“Aún no han bebido cien palabras tuyas mis oídos y ya te reconozco”. Dice Julieta, abriendo su corazón a nuevos capítulos desconocidos.  

¿Amor o regalo? ¿dulce o truco? En la época donde un like se da por conveniencia y el regalo marca la medida de la pasión, pensar en una tragedia en estas fechas sería que los chocolates hubieran sido comprados en Temu o algo así. Muy lejos de “Este capullo de amor, con el aliento del verano, puede dar lugar a una hermosa flor cuando nos encontremos de nuevo”, donde anticipa Julieta un aciago final, pero a sabiendas que no todo terminará ahí.

“Los placeres violentos poseen finales violentos y tienen en su triunfo su propia muerte”, advertía Fray Lorenzo manifestándose en contra del veneno como solución. Antes como ahora, ir a los extremos conduce al abismo, sería la lección que nunca escucharemos; "Más vale morir por su odio que prolongar la muerte sin tu amor" responde Romeo a la adversidad. El amor es locura que cabalga sin las riendas del entendimiento, diría la vida, antes y ahora, en viva voz o digital.

“Más allá de la muerte no hay rivalidad”, lo manifiesta París, pretendiente de Julieta. “¿Se puede perseguir la venganza más allá de la muerte?”. A veces las razones en contra son tan grandes, que la paradoja del grano de trigo nos da la esperanza de renacer sobre las cosas aprendidas. Desprende del amor toda banalidad y ahí encontrarás la ansiada pureza.

¿Los finales infaustos explican el amor? Tal vez no, pero en mayor grado lo justifican y le dan valor agregado. Festejar el 14 de febrero significa que el amor ha superado toda adversidad, tanto antes, como ahora. Y a eso sí hay que ponerle un like bien grande.


Este artículo fue publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 9 de febero del 2025

 

 

sábado, 25 de enero de 2025

 Arte-Locura-y-Amor

 


Quiero que los críticos me juzguen como autora, no como mujer.

Charlotte Brontë

 

Toda buena película tiene un libro. Si son dos buenas películas pueden tener hasta 4 libros en los cuales se basan. Si la peli se trata de la vida de una mujer, famosa escultora que rompió los límites en la Francia de finales del siglo XIX, podemos encontrar hasta una decena de libros que hablen de ella. No se trata de “Mujer, casos de la vida real”, pero sí. Arte-Locura-y-Amor: el paquete que se llama vida contiene estas tres cosas, invariablemente. La mujer es Camille Claudel, el caso de la vida real es su triste historia que la arrastró por estas tres variantes.

Los libros: Camille Claudel, escrito por Reine-Marie Paris, es el libro en el que se basa la película La pasión de Camile Claudel (1988), que, en sus más de dos horas de duración, se acerca a la vida y tragedia de la escultora parisina, aunque Isabelle Adjani y Gérard Depardieu parecen no envejecer en los más de treinta años que dura la trama. Une femme, Camille Claudel, de Anne Delbée, (sólo en francés) cuya portada del libro nos hace una oscura sinopsis de Camile: Nombre: Camile escultora; Nacimiento: 8 de diciembre de 1864; Ojos: Azul oscuro; Amante: Augusto Rodín; Compañero: Debussy; Treinta años de creación (en realidad fueron 10 junto a Rodín y otros 20 padeciendo desamor, síndromes de acoso y paranoia); treinta años de asilo (encierro en institución psiquiátrica). Hay otras publicaciones francesas como Camille Claudel, la internada, de Anne Rivière, en la cual se basa la película Camille 1915, filmada en 2013, con Juliette Binoche como Camille Claudel, ya cincuentona, que relata los años de reclusión que durarían hasta su muerte; Significant Others, Libro colectivo que contiene un ensayo sobre Claudel de Anne Higonnet. 

Todas estas obras literarias y cinematográficas atomizan información difusa de la vida y sufrimiento de la escultora francesa, que unidas las partes nos dan una versión más cercana a lo que pasó en la existencia de esta artista.

La vida se trata de no girar tan rápido mientras bailas, porque en cierto momento perderás el ritmo. Parece ser la consigna que Camille no escuchó al conocer al famoso artista Auguste Rodín y embarcarse en un estilo escultórico basado en la modernidad que ya se respiraba con la cercanía del siglo XX. Pero hay más libros que nos dan huellas de su camino.

Las desheredadas, de Ángeles Caso, reconstruye una genealogía cultural femenina formada por todas las mujeres que rompieron con lo que la sociedad pretendía imponerles y se atrevieron a vivir a contracorriente, a crear y pensar un mundo mejor, aunque solo recibieran a cambio el desprecio de la crítica. Esta obra aborda los siglos XVIII y XIX, tiempo de pintoras, de científicas, revolucionarias traicionadas, escritoras como Mary Shelley, las Brontë y de las impresionistas como Camille Claudel.

Todas ellas se dedicaron a las artes, al pensamiento, lucharon por la libertad y los derechos de los más desfavorecidos, pero la burguesía ilustrada y liberal acabó imponiendo el relato oficial. Y en él no hubo cabida para ellas, prologa esta antología biográfica.

«Si quieres, mundo, júzgame, critica, desgañítate». Enfatiza Ángeles Caso citando a Anne Whitney. “Pero a veces se paga un altísimo precio por la insumisión. El ejemplo más conocido es el de la escultora Camille Claudel (1864-1943), una mujer de increíble talento y valentía que terminó su vida totalmente abandonada por los suyos, encerrada en un manicomio durante treinta años”.

Y nos otorga más pistas sobre la vida de la escultora: “Claudel pertenecía a una familia burguesa y acomodada. Su deseo de dedicarse a la escultura nunca fue bien visto por su madre. Solo su padre la apoyó para que pudiera formarse, primero en la Academia Colarossi y después en el taller del escultor Alfred Boucher. Fue allí donde conoció en 1882 al que pronto se le daría el apelativo de «padre de la escultura moderna», Auguste Rodin. Camille tenía dieciocho años. Él, cuarenta y dos”.

“Claudel y Rodin formaron una pareja profesional y sentimental durante una década. Ella creó piezas extraordinarias basadas a menudo en la cotidianeidad y la intimidad, y a veces también en el horror que ella sentía en su propia mente”, expresa la antologista.

“Las presiones terminaron por arrollarla: el desprecio de su familia a causa de su relación con Rodin, los abortos —según parece— a los que tuvo que someterse, la negativa de su amante a casarse con ella para normalizar sus lazos familiares —Rodin vivía con una antigua modelo, con la que terminó contrayendo matrimonio al borde de la muerte—, la consiguiente ruptura… Y, a partir de ahí, la carencia de apoyos suficientes para seguir creando: pocos encargos, pocas ventas, fracaso, soledad. Camille Claudel fue hundiéndose en un estado de desequilibrio —agravado por la dependencia del alcohol— que terminó por convertirla en una especie de «vieja loca» que vivía en condiciones de mendicidad, perseguida por enemigos imaginarios, Rodin en particular”.

Y narra la debacle “En 1913, en cuanto murió su padre —su único protector en la familia—, su madre y su hermano Paul la ingresaron en un manicomio bajo el diagnóstico de «psicosis paranoide». Así, con un certificado de un médico conocido y una simple firma, terminaron con aquel problema”.

Camille Claudel tenía cuarenta y siete años cuando fue llevada al sanatorio. Durante las siguientes tres décadas, hasta su muerte, escribió una y otra vez a su familia, describiendo las penurias que pasaba, rogando que la sacasen de allí. «Quisiera estar en mi casa y cerrar la puerta». «He tardado mucho en escribirte porque ha hecho tanto frío que no podía tenerme en pie». «Una de mis amigas ha sido encontrada muerta de frío en su cama».

La tragedia no terminó con su muerte, de hambre y de frío, durante la Segunda Guerra Mundial. Nadie asistió a su entierro, la gran escultora fue sepultada cerca de Aviñón, donde estaba el manicomio. Años después, sus huesos —que ningún familiar reclamó— fueron trasladados al osario común y luego desaparecieron. No hubo ninguna tumba que recordase su nombre.

El desprecio de la sociedad ocasionó que no exista información completa sobre su vida.

Rosa Montero, por su parte, en el libro Historias de mujeres, hace otra antología de féminas que decidieron ser libres y todo aquello contra lo que tuvieron que luchar, donde asegura que “Hay mujeres patéticas y desquiciadas que no pueden ser un modelo para nadie, como Camille Claudel o Isabelle Eberhardt. Y hay otras, en fin, ambiguas y complejas, con logros admirables y detalles horrendos, como la gran Simone de Beauvoir, … Eso sí: todas ellas son personas muy poco comunes y tienen unas vidas fascinantes”.

Montero describe a la escultora como “Camille la secuestrada, Camille la prisionera. Coja y seductora Camille, escultora de genio, artista maldita y olvidada. Lo tenía todo para triunfar: talento, inteligencia, coraje, belleza. Pero las circunstancias la fueron deshaciendo. «Todos esos maravillosos dones que la naturaleza le había otorgado no han servido más que para traerle la desgracia», dijo su hermano, el escritor Paul Claudel”.

Asegura que “Desde muy niña Camille fue diferente: por su cojera, por su extraordinaria belleza y por su carácter, radiante, orgulloso, empecinado. Empezó a esculpir y modelar por su propia cuenta”. Para Rosa Montero, Camille padeció otras dos maldiciones que fueron su familia y los prejuicios de la época.

Por último, El vestido azul, obra de Michèle Desbordes, acentúa que el papel de las mujeres que intentaron desarrollar su trabajo cerca de hombres de gran proyección ha sido una sombra.

Al modo de novela, Michèle Desbordes, intenta rescatar a Camille de su fantasmal condición. Un fantasma delicado, bellísimo, sutil, cuya potencia emocional la apartó de las convencionales sensibilidades que la rodeaban… nadie consiguió «verla», nadie supo entenderla; nadie, podemos concluir, estuvo a la altura de sus circunstancias.

De su escultura: Para conocer su obra escultórica, el museo Camille Claudel situado en Nogent-sur-Seine, a 1 hora de París en tren, en la casa donde Camille Claudel pasó sus años de formación, es un vibrante homenaje a una de las escultoras con más talento del siglo XIX, que recorre la carrera de la artista y pone de relieve su genio creativo.

Entre los 300 tesoros del museo, se encuentran las obras más emblemáticas de Camille Claudel como la escultura "La Valse", una oda a la pasión y a la danza, "La Petite Châtelaine" que capta la inocencia y la vulnerabilidad de una joven, "L'Âge mûr", que evoca el dolor y la resignación ante el paso del tiempo.

Conclusión: En la vida, el arte y el amor nos pueden llevar a la locura (así le llaman los “buenos” a lo que no comprenden).


Este articulo fue publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 26 de enero del 2025

sábado, 4 de enero de 2025

 Ojalá estuvieras aquí: Tres interpretaciones

 


(o cuatro)

 

“Yo vengo de una generación de perdedores,

que, además, no quisieron ganar”.

Alberto Huerta

 

Uno de mis propósitos para el año 2024 que ya finalizó, era tatuarme en el lado izquierdo de mi pecho la frase “Ojalá estuvieras aquí”. Tal vez me detuvo la fuerza que llevan esas palabras, que permean en la bucólica nostalgia derrotista del presente no deseado. Aunque, la frase ha tenido tres diferentes interpretaciones de acuerdo a la aflicción de los autores.

1. Wish you were here, Ojalá estuvieras aquí, de Pink Floyd (1975). Música con mucha poesía. Seis años después de que Syd Barret hubiera abandonado la banda Pink Floyd, los demás elementos del grupo dedicaron el álbum Wish yuo were here al “Diamante loco”, que fue líder del grupo por un buen de años. La canción homenaje, que ocupa la mayor parte del disco, es Shine on your crazy diamond, aunque Ojalá estuvieras aquí también tiene algunas reminiscencias hacia Syd Barret. Shine On You Crazy Diamond, hace apología sobre el colapso mental que obligó a Syd a abandonar el grupo. Con versos “Alcanzaste el secreto demasiado pronto, lloraste por la luna”, da muestra del sentir de Pink Floyd por la ausencia de su fundador.

Wish You Were Here, por su parte, reflejaba la sensación de que la amistad entre el grupo estaba desapareciendo. Los cambios en el grupo no cuajaban muy bien y surgían preguntas como ¿así que crees que puedes diferenciar el cielo del infierno? … ¿Consiguieron convencerte de cambiar tus héroes por fantasmas? … ¿Acaso cambiaste el rol de un extra en la guerra por el papel principal en una jaula?” concluye con una reflexión a la distancia: “Cómo me gustaría que estuvieras aquí / Somos solo dos almas perdidas nadando en una pecera año tras año … ¿Qué descubrimos? Los mismos viejos miedos”. Una tonelada de ausencia no es capaz de responder las preguntas. Wish yuo were here es, quizá, la mejor canción del grupo, tal vez por lo que significó y anticipó para Pink Floyd.

2. Ojalá estuvieras aquí, de Alberto Huerta. Hay zacatecanos inconformes con que el ganador del Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 1977, por el libro titulado así, haya utilizado esta frase para su cuento y su libro ganador, pero en la misma narrativa se respira ambiente pinfloydiano. Inclusive los dos epígrafes de inicio del libro son canciones de Pink Floyd.

En este libro, el escritor zacatecano Alberto Huerta agrega, a la ausencia, la nostalgia y un dejo de irremediable derrota, que correspondía al cambio de los tiempos desde la década de los sesenta en el siglo XX, con la ruptura y esas cosas, a la cercana llegada de los ochenta y su hegemonía.

El escritor y crítico Víctor Roura comentó “Alberto Huerta sigue escribiendo, pero como es costumbre suya lo hace desde las sombras de la literatura, lo cual no significa que él permanezca en la oscuridad narrativa. Perteneciente a la generación de José Agustín, quien cambiara drásticamente la ruta escritural en el país a fines de los años sesenta, Alberto Huerta es también uno de esos autores que contribuyera a la renovación literaria mexicana a partir de aquella década”.

Los escritores que padecieron el 68 y la masacre del 10 de junio de 1971, esperaban un cambio en el país que se fue apagando, y se quedaron en la nostalgia, como el protagonista de la película El Bulto, que despierta 20 años después del halconazo y sus camaradas ya son neoliberales. Así la nostalgia.

José Miguel Oviedo, en su artículo Crítica al sesgo, define la obra de Huerta como la descripción de un mundo imaginario muy definido y personal: “todos huyen de algo o están en peligro inminente de ser descubiertos, detenidos, muertos. La única dimensión en la que existen es la del presente, un presente instantáneo, de sensaciones relampagueantes y visiones entrecortadas”

De Ojalá estuvieras aquí dice “Es un ejemplo cabal del arte de concentración que puede alcanzar Huerta: muerte y sexo ya no son dos instancias, sino una sola desplegándose en la mente de un acosado como un tiempo flexible que contiene el pasado (la infalible chica desnudándose) y el presente (la persecución policial). Como los buenos cuentos, produce un impacto casi físico, una sensación de drama, redondeado en apenas tres páginas”.

Arturo Trejo Villafuerte, por su parte, define Ojalá estuvieras aquí, el cuento, como “un relato concentrado y en él se hace patente el cruce de realidades entre el tipo que está a punto de hacer el amor y que recuerda la represión, o los tipos que están siendo baleados por los guaruras, y uno de ellos se imagina un ventanal y en él una mujer de bello cuerpo, quitándose las prendas íntimas. … La narración que fluye en tres niveles de conciencia: la de quien escribe, quien está en París y el propio relato, todos mezclados para formar una unidad de lenguaje que exige una lectura atenta”, definiendo la narrativa de Huerta, aunque pinkfloydiana, como fresca y que no pierde vigencia.

En este caso la frase Ojalá estuvieras aquí narra ese tiempo perdido.

3. Ojalá estuvieras aquí, de Renée Carlino: el libro y la peli. Una chica a la deriva encuentra la chispa que nunca supo que necesitaba con un chico que cambió su vida para siempre. Dice la promoción del libro.

En Ojalá estuvieras aquí, Renée Carlino nos cuenta la historia de Charlotte, una chica de veinte años que, año tras año, está atrapada en una vida sin propósito. Una noche, se encuentra con Adam, un pintor intrigante que parece estar viviendo su mejor vida. Charlotte queda cautivada por todo lo que él es. En una sola noche Charlotte se enamora de Adam y ve un futuro juntos. Pero en la dura luz de la mañana, todo es diferente, y ella se va con el corazón roto.

Ojalá estuvieras aquí es más un viaje que una reminiscencia. No se trata del recuerdo, sino de andar el camino. Por eso, tal vez, ha recibido críticas al respecto de usar la frase de la canción de Pink Floyd, aunque ya hayan pasado 50 años. Habrá que esperar al estreno de la película, el 21 de marzo de este año, para saber si en verdad desearíamos regresar a algún punto de nuestro pasado.

¿Del tatuaje? está en el propósito reciclado para este 2025, aunque la frase es muy poderosa y merece el respeto que no logra un romance ligero para el streaming, ponerla en el pecho, del lado del corazón deja dudas, no es un letrero de “Se renta” víscera cardiaca a mensualidad congelada, la frase más bien viaja en la dicotomía que se envía en el doble mensaje a “la que se fue” como dijera José Alfredo: Ojalá estuvieras aquí, porque ya no ocupas un lugar en mi corazón o porque ya no hay un corazón para rentar. Ojalá lo tuviera, pero esos tiempos ya pasaron. Igual y ese tatuaje se convertirá en un cuento… o una canción cuando alcance el poder de esa frase. En fin. Saludos.


Artículo publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 5 de enero del 2025