Hiperconexión a la nada: ¿Una regresión mundial?
Si sólo lees lo que todo el mundo está leyendo,
sólo puedes pensar lo que todos los demás están pensando
Haruki Murakami
La
resaca digital.
La
sociedad ha avanzado, pero nunca tan vertiginoso como la llegada del internet y
ahora la Inteligencia Artificial (IA). Pero este progreso se ve supeditado a
nuevos retos o formas de control que ejercen una nueva dominancia: Tenemos
quién haga las cosas por nosotros y quién decida (y si hubiera algún problema,
nos quedan los libros).
De
información reciente: el gobierno australiano aprobó una ley para restringir el
acceso a redes sociales a menores de 16 años. Y un poco antes, el Ministerio de
Salud Pública de Suecia recomendaba prohibir el uso de dispositivos digitales a
menores de 2 años. Se trata de poner límites a lo que se podría volver incontrolable
en el futuro cercano.
Accenture, líder mundial en servicios
profesionales que ayuda a las principales organizaciones del mundo a construir
su núcleo digital para acelerar el crecimiento de los ingresos y mejorar los
servicios de empresas modernas, presentó el informe Accenture Life Trends 2025, donde
se manifiesta la creciente preocupación de los padres sobre las secuelas que el
abuso de la tecnología puede ocasionar en el comportamiento y salud mental de
sus hijos.
Pero
disminuir estos derechos significaría un retroceso de la avalancha digital, y –tal
vez, desde el discurso pragmático– una violación a la carta magna del libre
acceso.
Accenture presenta en su informe para 2025 tendencias
emergentes que exploran el costo de la desconfianza cuando se busca una
relación más saludable y equilibrada con la tecnología, en una evolución satisfactoria.
Según esta empresa, las personas están cambiando sus comportamientos clave, como respuesta a lo nuevo, buscando cómo satisfacer sus propias necesidades en un mundo dominado por la tecnología. Lo cual cambiará pronto las respuestas de las interacciones humanas online, que se irán alejando de los meros algoritmos.
“Todo
es más fácil en la vida virtual, pero hemos perdido el arte de las relaciones
sociales y la amistad”, dijo Zygmunt Bauman. Surgen dudas de hasta dónde
llegara el control de nuevas tecnologías, como la IA generativa, y del uso caníbal
del poder por el poder mientras todos están contentos.
En
estos momentos, la confianza en Internet está en el punto de mira, reporta Accenture,
mostrando cinco tendencias emergentes que exploran cómo responden las personas ante
los cambios empresariales, tecnológicos y sociales, y lo que todo esto
significa para las marcas:
El costo de la
desconfianza. La
inseguridad se ha convertido en un reflejo de la desconfianza de las personas,
que ya no se fían de todo lo que ven en Internet, como reseñas, campañas de
marketing y contenido. Las empresas deben hacer de la confianza una prioridad. Según
el reporte: el 52% de las personas ha visto noticias o artículos falsos, el 33%
ha sufrido ataques "deepfake"
o estafas para obtener información personal o dinero y el 39% de las personas
ha leído reseñas fraudulentas de productos online. Esto ha llegado a un nivel
serio.
La trampa para los
padres. Los padres en
la actualidad enfrentan el desafío de ayudar a las nuevas generaciones a
construir una relación sana y segura con la tecnología digital y proteger a los
jóvenes de los daños que plantea el acceso a Internet sin restricciones: el 56%
de los jóvenes de entre 18 y 24 años -y el 23% de los mayores de 55 años- coinciden
en que las redes sociales influyen en gran medida en la formación de su
identidad; El 65 % a nivel mundial piensa que los padres deben limitar el
tiempo que pasan sus hijos en las redes sociales.
Economía de la impaciencia.
Para muchos, la
búsqueda de la salud, la riqueza y la felicidad es lenta y aburrida. El poder online
y su capacidad de conexión entre personas está satisfaciendo la impaciencia por
encontrar nuevas vías y mentalidades para tener una vida plena. Esto ha
cambiado actitudes: el 55% de las personas prefiere soluciones rápidas en lugar
de métodos tradicionales para lograr sus objetivos económicos y de salud, el 63%
se inspira en las redes sociales para completar tareas de manera más eficiente y
el 68% de las personas interactuaría más con una marca que las educara a través
de blogs y vídeos, alerta el reporte.
La deshumanización del
trabajo. La dignidad
del trabajo cada vez se ve más afectada por las presiones empresariales, los
avances tecnológicos y las dinámicas cambiantes: el 52% antepone el equilibrio
entre el trabajo y la vida personal a todo lo demás, el 29% confía en que los
líderes de sus empresas tengan en cuenta sus intereses, mientras que el 49% afirma
que los líderes de sus empresas se enfocan más en mejorar la productividad que
en formar a la plantilla. El trabajo robotizado inició antes de los inventos de
Elon Musk
Social rewilding
(revitalización social). En
el quinto punto del Accenture Life Trends 2025, al igual que la naturaleza, la
revitalización social restaura las conexiones de las personas entre sí y con el
mundo que las rodea. Concluye que alcanzar la plenitud en el vertiginoso mundo
actual significa tomarse un tiempo para desconectar y centrarse en actividades significativas
en la vida real, lo que cambia el enfoque de oportunidades para las empresas. En
los últimos 12 meses: el 48% de las personas ha pasado tiempo al aire libre o
en la naturaleza; el 47% ha pasado tiempo con amigos en la vida real; el 47% ha
ido de compras en tiendas físicas de alimentación; el 36% ha comprado en otras
tiendas minoristas (no alimentarias) mientras que el 30% ha leído libros o
revistas en papel.
Lo
quieran o no, la respuesta social a la modernidad digital está regresando a lo
natural. El mensaje de Accenture va dirigido a las empresas, pero es el
comportamiento humano el que está marcando las pautas. Regresando a Zygmunt
Bauman: "Hemos
olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho. Lo que
se consume, lo que se compra «son solo sedantes morales que tranquilizan tus
escrúpulos éticos»”, es algo de lo que la madurez ciudadana-digital se está
dando cuenta.
Jean Francois Lyotard, el filósofo de la
posmodernidad nos advierte: “La verdad
no es una cuestión de correspondencia con la realidad, sino de juego de
lenguaje y poder”. La vida nos ensaña que NO debemos creer a todo anuncio fosfórico
que pase ante nuestros ojos. Además, Lyotard dijo: “El lenguaje no es una mera
herramienta de comunicación, sino una construcción social que impone límites y
otorga poder”. La experiencia nos obliga a desconfiar de la “negligencia artificial”
por lo que una menguada desdigitalizacion en el futuro cercano no debe ser
vista como un retroceso.
Pueden leer el informe
completo en accenture.com
Este artículo fue publicado en el periódico Ecodiario Zacatecas
el 15 de diciembre del 2024
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