sábado, 28 de diciembre de 2024

 El Secreto: Anexar a todo propósito un buen plan

 

Un buen lector tiene cuatro cualidades:

memoria, imaginación, un diccionario

y cierto sentido artístico.

Vladimir Nabokov

 

A los integrantes del Taller de Escritura Creativa Alberto Huerta.

 

¡Un cuarto de siglo, caray!

 

Los benditos propósitos de año nuevo. Desde finales de noviembre, este año 2024 ya viene pasando a mejor vida. Termina el plazo de hacer un balance de todo lo bueno y malo que tuvimos en estos doce meses y hacer, por lo menos, el borrador de los nuevos propósitos para el año que ya está aquí. 2025 viene con todo y nos debe agarrar bien parados.

Hacer la lista de propósitos (o borronear lo que ya no alcanzamos a cumplir en este año) siempre incluye los clásicos e incumplibles “ir al Gym”, “comer sano”, “no mentir”, “no robar” (¿o cómo era?) y el más popular: “leer más” (gulp).

Leer es tal vez el propósito más importante (en cualquier momento), el que nos conecta de primera mano con el mundo de antes, de hoy y lo que viene. La voluntad de leer lleva implícito el eterno deseo de aprender, de conocer más, del encuentro con la verdad.

En nuestra lista de propósitos aparecen retos de lecturas que ni siquiera alcanzamos a esbozar: “Voy a leer 52 libros (uno por semana) en el año” ERROR: en un país que lee menos de dos libros al año, parece más una quimera que un propósito en sí. Yo, por ejemplo, me propuse algo más cercano: leer 12 libros en 2024 (uno por mes) y mi cifra llegó a 10, no fue un mal año (no me tienen que agradecer por haberles subido el promedio nacional) pero hizo falta algo.

Para este año 2025 mi meta serán 25 libros leídos (uno por quincena, más o menos), pero para eso primero debo analizar por qué no cumplí con los 12 del año pasado y cómo le voy a hacer.

Aparte del propósito, necesito un buen plan. Reforzar el propósito. Si en lugar de anotar en mi lista: “Voy a leer 25 libros en el año”, pongo: “Voy a crearme el hábito de la lectura”, ya me estoy acercando a un plan.

“A los libros se llega como a las islas mágicas de los cuentos, no porque alguien nos lleve de la mano, sino simplemente porque nos salen al paso. Eso es leer, llegar inesperadamente a un lugar nuevo. Un lugar que, como una isla perdida, no sabíamos que pudiera existir, y en el que tampoco podemos prever lo que nos aguarda. Un lugar en el que debemos entrar en silencio, con los ojos muy abiertos, como suelen hacer los niños cuando se adentran en una casa abandonada”. Dice Gustavo Martín Garzo, en su Elogio de la fragilidad.

La lectura es celosa, sobre todo con tantos distractores que titilan en el cel, la compu, TV, etc. por lo que debemos darle un espacio libre de toda cochinada que, sabemos, hace más por quitarnos el tiempo que por proporcionarnos algún aprendizaje certero. En nuestro plan debemos tomar en cuenta lo que la lectura exige de nosotros para ser una actividad altamente enriquecedora:

Comprensión lectora: La mayoría de nosotros sabemos leer, pero eso no es suficiente. Hace falta también eso que se denomina comprensión lectora, que asegura que entendemos las ideas del texto leído, su significado, y que somos capaces de ponerlas en relación con nuestras propias ideas.

La comprensión lectora es un requisito indispensable. Sin ella no nos podemos adentrar en un texto de cierta profundidad y riqueza. Puede que esa sea la explicación del gran desinterés de las personas por la lectura: no podemos interesarnos por algo que no comprendemos.

Esfuerzo, práctica y constancia. Lo uno lleva a lo otro. Leer un texto exige esfuerzo. Primero para comprender lo leído a nivel literal. Después para comprender y explorar los significados detrás de esas palabras y frases. Y, por último, alcanzar lo que el autor intenta decir y el propósito detrás del texto.

Vocabulario y cultura. Se supone que precisamente la lectura nos proporciona ambas cosas, entonces, ¿Por qué también nos pide esas dos cosas?

A menudo en los textos escritos el vocabulario es más rico que el que usamos coloquialmente cuando hablamos. La lectura nos permite incrementar nuestro vocabulario, porque cuando nos topamos con un término desconocido durante nuestra lectura, buscamos su significado en el diccionario y, así, esa palabra pasará a formar parte de nuestro acervo.

Tiempo y concentración. La falta de tiempo es el pretexto estrella de quienes no leen. Leer exige tiempo, y un tiempo de calidad, que nos permita sumergirnos en la obra. La lectura nos pide que le hagamos un hueco en nuestras rutinas diarias, para ello es necesario que la lectura sea una de nuestras prioridades. Si la lectura es tu prioridad, no te costará renunciar a otras actividades para dedicarle tu tiempo. Pero si no lo es, puedes seguir empleando la excusa de la falta de tiempo.

Entusiasmo vs compromiso. Tener un propósito nos entusiasma, (ahora sí voy a leer), pero esto no dura para siempre, a veces, ni siquiera sobrevive a la cuesta de enero. Para garantizar que no se pierda el entusiasmo necesitamos un compromiso.

El compromiso te permitirá hacer cada día lo necesario para perseverar en tu camino, aunque tengas mucho que hacer, aunque estés cansado, aunque te falte tiempo. El compromiso te permitirá luchar por lo que verdaderamente quieres.

Ser buen lector no sólo es sentarse y abrir un libro. El sitio de internet Atrabiliaria nos ofrece el decálogo del buen lector, que nos da pistas para lograr nuestro propósito de año nuevo:

Un buen lector debe tratar de:

1: Estar atento a lo que pasa en el mundo, ser curioso e inquieto.

2: Leer todo lo que pueda, todo el tiempo que pueda. Desde el diario hasta la edición más independiente.

3: Elegir sin tener en cuenta las listas de «más vendidos», ni los premios literarios, aunque ayudan.

4: Abrazarse a un autor y seguirle los pasos. Lo que escribe es producto de lo que ha leído y deja en sus libros un recorrido de lecturas previas para seguir.

5: Estar predispuesto a creer que eso que se lee está sucediendo en algún lugar, así sea dentro de la cabeza del que lee.

6: Leer hasta aquello que incomoda, lo que causa disgusto. No dejarse llevar por los prejuicios y apostar a que todo el que escribe, en algún punto, tiene, al menos, una historia interesante para contar.

7: Empezar por cualquier lado, por donde se pueda, por donde se quiera, pero empezar y no parar.

8: Tener por pariente cercano de la literatura al cine.

9: Explorar la música. Cada libro tiene un ritmo y ese ritmo, si agrada, nos atrapa.

10: La regla suprema: para leer no hay reglas.

En La locura del arte, Henry James nos dice que la lectura es un lujo, ya que nos pide mucho para acceder a ella. Pero hay que tener en cuenta que la lectura es la forma en que nos allegamos a una obra de arte. Y disfrutar del arte ha sido, es y siempre será uno de los mayores (y mejores) lujos con los que el ser humano puede regalarse.

 Dice James: “He de confesar que una lectura atenta es lo que aquí y en cualquier otro lugar pido fervientemente y lo que doy por sentado; … El disfrute de una obra de arte constituye, a mi parecer, nuestra más alta experiencia del «lujo», un lujo que no aumenta, según mis mediciones, cuando la obra exige la mínima atención”.

En su discurso al recibir el premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa dijo: “Un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano: la capacidad de salir de sí mismo y mudarse en otro, en otros, modelados con la arcilla de nuestros sueños”.

Leer, pues, es un reto más que un propósito. Pero es bien sabido que, a cada paso, en el punto final de cada libro terminado, existe la satisfacción que se tiene cuando se regresa de otros mundos.

Que tengan mucha lectura para este 2025, es mi mejor deseo. Saludos.


Este artículo se publicó en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 29 de diciembre del 2024

viernes, 20 de diciembre de 2024

 

Cálido sol de verano sobre una tumba

 


Escribir un poema es reparar la herida fundamental,

la desgarradura. Porque todos estamos heridos.

Alejandra Pizarnik

 

Entender la poesía es entender la vida.

 

Juan Rulfo decía que tomaba los nombres de los personajes de sus cuentos de las tumbas del cementerio del pueblo –para no aludir a seres vivientes que desvirtuaran sus ficciones–, pero en la última morada de una persona, a veces, encontramos más que nombres, fechas, vestigios de una postrer voluntad o indicios como códigos de epitafios que saltan a la vista en forma de poesía. Las palabras son encontradas como en un papelillo dentro de una botella que llegó a ti desde el mar. El mensaje al buril lleva significado, pero también una historia.

La poesía se sumerge en la vida y sale a respirar de tiempo en tiempo.

Hay una tumba, en Elmira, Nueva York, que tiene como epitafio un poema radiante. En la parte superior de la lápida se lee: Olivia Susan Clemens (hija de Samuel Clemens, mejor conocido como Mark Twain) mar. 19, 1872 – aug. 18, 1896; en la pétrea inscripción no dice que se trata de la hija consentida de uno de los escritores más representativos de la literatura americana del siglo XIX, quien falleciera a la edad de 24 años de meningitis, pero en la parte frontal una estrofa que su padre ordenó registrar lo confiesa:

 

Cálido sol de verano, brilla amablemente aquí,

viento cálido del sur, sopla suavemente aquí.

Césped verde arriba, reposa ligero, reposa ligero.

Buenas noches, querido corazón,

                          Buenas noches, buenas noches.

 

Este canto pretende ser un arrullo robado de la naturaleza. La piedra labrada tiene el mensaje incógnito: “verano” puede interpretarse como el culminar de la vida a una edad llena de calor, que ansía dar sus propios pasos, cuando realmente se experimenta la vida en su máxima calidad. Conceptos naturales reflejan el paso del tiempo, la vida es refrescante y grandiosa como un soplo de “viento” en la cara. No hay despedida, se guarda la esperanza de un reencuentro: Cuida, madre-tierra, este ser que descansa en tus entrañas.  “Querido corazón”, quedas en mí, como una noche tranquila y en paz. Las estrellas honran tu vida.

Sauce y acacia / Morir con la edad del verano, ¿Quién fue Susy Clemens?

Olivia Susan Clemens, hija mayor de Sam Clemens, era la hija favorita indiscutible del autor de Las aventuras de Tom Sawyer y un sinnúmero de novelas, cuentos y poesía. Desde muy joven, siempre escuchaba las obras en progreso de su padre, dándole opiniones que invariablemente eran tomadas en cuenta. Estaba claro que Clemens consideraba a Susy como su heredera intelectual. Mark Twain encontró en Susy a quien lo ayudó a encaminar su trabajo literario hacia una dirección más seria.

Ella comenzó a escribir una biografía de su padre a la edad de trece años, que posteriormente inspiró a Twain a escribir su propia autobiografía, donde tomó muchas referencias de la primera. "Suzy a los 17 años, Juana de Arco a los 17 años. En secreto, dibujé el retrato físico de Juana basado en Suzy a esa edad, cuando comencé a escribir ese libro” reconoció Twain tal inspiración al escribir la novela Juana de Arco. Cuando Susy murió, Clemens quedó devastado, lo cual afectó la calidad de su obra en el transcurso del tiempo.

Hay que ponerle música a la herida. El poema dedicado a la muerte temprana ha tenido réplicas.

Dan Forrest (nacido el 7 de enero de 1978), compositor y pianista estadounidense, descrito como poseedor de “un indudable don para escribir música … que es verdaderamente mágica” (NY Concert Review) escribió una pieza coral como respuesta a la muerte de una niña en Etiopía que estaba a punto de ser adoptada por su hermano y cuñada, la tituló: Good night, dear heart (Buenas noches, querido corazón), como uno de los versos inscritos en la citada lápida. “Mi búsqueda de un texto adecuado (en ese duro momento) me llevó a una imagen de un cementerio de mi ciudad natal (Elmira, Nueva York), donde están enterrados Mark Twain y su familia. Mi hermano y yo, desde nuestra juventud, conocemos el poema que Twain colocó en la lápida de su amada hija Susy, cuando ella murió inesperadamente a los 24 años y lo dejó con el corazón roto. Me sorprendió la agridulce ironía de que este texto fuera de nuestra ciudad natal y en honor a una amada hija que murió inesperadamente. Escribí esta composición esa noche”, expresa Dan Forrest en el catálogo de su obra.

La niña etíope, Susy, Annette.

Lo más extraño del caso, es que (aunque esté inscrito en la misma lápida), muchos desconocen que los versos no son de la autoría del escritor americano, Mark Twain, quien los tomó del poema Annette del australiano Robert Richardson, publicado en su libro Sauce y acacia (Willow and wattle, 1893), que en su versión completa narra una tragedia parecida a la que sufrió Samuel Clemens en su momento. Twain encontró en la poesía un pequeño aliciente a su pena.

Annette es un poema de 84 versos, donde Robert Richardson cuenta una historia no del todo trágica ni un poco de feliz:

“Dicen, Annette, que rompiste / el corazón de un tonto o dos. … admitiré, Annette, / que eras una triste coqueta; … enamorada de todas las pequeñas felicidades / que para el hombre caído son inapropiadas”, inicia el poema, “Sin embargo, pensé, Annette, / que a veces estabas / un poco cansada de oír / las campanadas de medianoche”; y repite un estribillo que derrama tristeza: “Los días de baile pasan velozmente, / ¡muertos y con sólo veintiún años! … Nunca más tus pies / guiarán suavemente las horas risueñas, / ni guiarán la danza soñadora del vals / hacia las ‘bellas y antiguas melodías de Francia‛". Richardson lanza un suspiro de esperanza: “tu alma ligera seguramente está ahora / cantando, con garganta suave y ronca, / al viento que no le hace caso; … Sobre ti soplará la hierba, / vendrán las primaveras y se irán los otoños. / ¿Sabrás alguna vez, Annette, / que quedan aquí uno o dos / que todavía te recordarán?” Concluye el autor australiano con la estrofa que Twain puso en la tumba de su amada hija:

 

Cálido sol de verano, brilla amigablemente aquí;

cálido viento del oeste, sopla amablemente aquí;

Césped verde arriba, descansa la luz, descansa la luz.

¡Buenas noches, Annette!

                                         ¡Cariño, buenas noches!

 

Robert Richardson en 1893, Mark Twain en 1896 y Dan Forrest en el 2015, nos dan muestra de que la poesía ronda en la sombra de la vida, y como una misiva de botella lanzada al mar, encuentra un interlocutor que toma para sí el mensaje y hace suya tal lírica.

 A continuación el poema completo de Richardson 


ANNETTE.

 

Dicen, Annette, que rompiste

el corazón de un tonto o dos.

Me pregunto si esto será cierto.

Sin embargo, admitiré, Annette,

que eras una triste coqueta;

ávida de elogios y ávida de besos,

enamorada de todas las pequeñas felicidades

que para el hombre caído son inapropiadas,

según nos dicen, pero tan dulces son;

enamorada de tu alegría, y esta es

toda la culpa que puedo recordar

que recaiga sobre tu joven cabeza...

Y yo te conocía mejor que nadie.

 

Ahorra pensamiento y poco cuidado

que trenzar tu cabello ondulado,

llevar cintas azules o carmesíes.

¿Quién en toda esta belleza vertiginosa

es tan brillante y afable?

Sin embargo, pensé, Annette,

que a veces estabas

un poco cansada de oír

las campanadas de medianoche;

cansada del espectáculo pasajero,

cansada de la derrota, el parque y la carretera;

anhelando el retiro de la noche,

cansados ​​tu pequeño corazón y tus pies.

Los días de baile pasan velozmente,

¡muertos y con sólo veintiún años!

 

Nunca tan feliz como cuando tenías

veinte amantes, hombres y muchachos,

a tu alrededor esperando una mirada

de tus radiantes bellos ojos

(Cenes, eran muy azules).

 

Veinte amantes en fila,

galantes inexpertos, galanes marchitos,

los he visto ir y venir,

esperando pacientemente la oportunidad

de un único baile fugaz;

la juventud y la caballerosidad de Mayfair

te inclinaron como su cortesana línea.

 

Nunca más tus pies

guiarán suavemente las horas risueñas,

ni guiarán la danza soñadora del vals

hacia las "bellas y antiguas melodías de Francia".

Los días de baile pasan fugazmente,

¡muertos y con sólo veintiún años!

 

Si esa antigua visión ética

de Pitágoras es cierta,

tu alma ligera seguramente está ahora

en ese pájaro en la rama,

cantando, con garganta suave y ronca,

al viento que no le hace caso;

o en esa mariposa azul,

revoloteando como una joya,

brillando dorada hacia el sol.

Pronto, como el tuyo, su día habrá transcurrido...

¡Muerto y con sólo veintiún años!

 

Muerto hace una semana, y todavía no

completamente olvidado... no,

¿qué derecho tengo a dudarlo?

Seguro, podríamos haber perdido más fácilmente

a una dama más sabia.

Sobre ti soplará la hierba,

vendrán las primaveras y se irán los otoños.

¿Sabrás alguna vez, Annette,

que quedan aquí uno o dos

que todavía te recordarán?

¿Sobre cuya memoria, de vez en cuando,

con un pensamiento de triste y dulce dolor,

cruzará tu bello rostro de flor,

y la gracia brillante y coqueta,

con el recuerdo de los viejos días.

 

En algún lugar allí más allá del azul,

en las mansiones que tantas son,

dicen, ¿no hay alguno de todos, Annette, para ti?

Tú, cuya única ofensa es

que amaste las pequeñas felicidades,

partiste en dos un corazón tonto

que se recompondría fácilmente.

 

Cálido sol de verano, brilla amigablemente aquí;

cálido viento del oeste, sopla amablemente aquí;

Césped verde arriba, descansa la luz, descansa la luz.

¡Buenas noches, Annette!

                                         ¡Cariño, buenas noches!


y este es el enlace para disfrutar la melodía coral de la canción de Dan Forrest. Vale la pena. 

 https://danforrest.com/music-catalog/good-night-dear-heart-ssaa/

 Saludos.

 

sábado, 14 de diciembre de 2024

 Hiperconexión a la nada: ¿Una regresión mundial?

 


Si sólo lees lo que todo el mundo está leyendo,

sólo puedes pensar lo que todos los demás están pensando

Haruki Murakami

 

La resaca digital.

 

La sociedad ha avanzado, pero nunca tan vertiginoso como la llegada del internet y ahora la Inteligencia Artificial (IA). Pero este progreso se ve supeditado a nuevos retos o formas de control que ejercen una nueva dominancia: Tenemos quién haga las cosas por nosotros y quién decida (y si hubiera algún problema, nos quedan los libros).

De información reciente: el gobierno australiano aprobó una ley para restringir el acceso a redes sociales a menores de 16 años. Y un poco antes, el Ministerio de Salud Pública de Suecia recomendaba prohibir el uso de dispositivos digitales a menores de 2 años. Se trata de poner límites a lo que se podría volver incontrolable en el futuro cercano.

Accenture, líder mundial en servicios profesionales que ayuda a las principales organizaciones del mundo a construir su núcleo digital para acelerar el crecimiento de los ingresos y mejorar los servicios de empresas modernas, presentó el informe Accenture Life Trends 2025, donde se manifiesta la creciente preocupación de los padres sobre las secuelas que el abuso de la tecnología puede ocasionar en el comportamiento y salud mental de sus hijos.

Pero disminuir estos derechos significaría un retroceso de la avalancha digital, y –tal vez, desde el discurso pragmático– una violación a la carta magna del libre acceso.

Accenture presenta en su informe para 2025 tendencias emergentes que exploran el costo de la desconfianza cuando se busca una relación más saludable y equilibrada con la tecnología, en una evolución satisfactoria.

Según esta empresa, las personas están cambiando sus comportamientos clave, como respuesta a lo nuevo, buscando cómo satisfacer sus propias necesidades en un mundo dominado por la tecnología. Lo cual cambiará pronto las respuestas de las interacciones humanas online, que se irán alejando de los meros algoritmos.

“Todo es más fácil en la vida virtual, pero hemos perdido el arte de las relaciones sociales y la amistad”, dijo Zygmunt Bauman. Surgen dudas de hasta dónde llegara el control de nuevas tecnologías, como la IA generativa, y del uso caníbal del poder por el poder mientras todos están contentos.

En estos momentos, la confianza en Internet está en el punto de mira, reporta Accenture, mostrando cinco tendencias emergentes que exploran cómo responden las personas ante los cambios empresariales, tecnológicos y sociales, y lo que todo esto significa para las marcas:

El costo de la desconfianza. La inseguridad se ha convertido en un reflejo de la desconfianza de las personas, que ya no se fían de todo lo que ven en Internet, como reseñas, campañas de marketing y contenido. Las empresas deben hacer de la confianza una prioridad. Según el reporte: el 52% de las personas ha visto noticias o artículos falsos, el 33% ha sufrido ataques "deepfake" o estafas para obtener información personal o dinero y el 39% de las personas ha leído reseñas fraudulentas de productos online. Esto ha llegado a un nivel serio.

La trampa para los padres. Los padres en la actualidad enfrentan el desafío de ayudar a las nuevas generaciones a construir una relación sana y segura con la tecnología digital y proteger a los jóvenes de los daños que plantea el acceso a Internet sin restricciones: el 56% de los jóvenes de entre 18 y 24 años -y el 23% de los mayores de 55 años- coinciden en que las redes sociales influyen en gran medida en la formación de su identidad; El 65 % a nivel mundial piensa que los padres deben limitar el tiempo que pasan sus hijos en las redes sociales.

Economía de la impaciencia. Para muchos, la búsqueda de la salud, la riqueza y la felicidad es lenta y aburrida. El poder online y su capacidad de conexión entre personas está satisfaciendo la impaciencia por encontrar nuevas vías y mentalidades para tener una vida plena. Esto ha cambiado actitudes: el 55% de las personas prefiere soluciones rápidas en lugar de métodos tradicionales para lograr sus objetivos económicos y de salud, el 63% se inspira en las redes sociales para completar tareas de manera más eficiente y el 68% de las personas interactuaría más con una marca que las educara a través de blogs y vídeos, alerta el reporte.

La deshumanización del trabajo. La dignidad del trabajo cada vez se ve más afectada por las presiones empresariales, los avances tecnológicos y las dinámicas cambiantes: el 52% antepone el equilibrio entre el trabajo y la vida personal a todo lo demás, el 29% confía en que los líderes de sus empresas tengan en cuenta sus intereses, mientras que el 49% afirma que los líderes de sus empresas se enfocan más en mejorar la productividad que en formar a la plantilla. El trabajo robotizado inició antes de los inventos de Elon Musk

Social rewilding (revitalización social). En el quinto punto del Accenture Life Trends 2025, al igual que la naturaleza, la revitalización social restaura las conexiones de las personas entre sí y con el mundo que las rodea. Concluye que alcanzar la plenitud en el vertiginoso mundo actual significa tomarse un tiempo para desconectar y centrarse en actividades significativas en la vida real, lo que cambia el enfoque de oportunidades para las empresas. En los últimos 12 meses: el 48% de las personas ha pasado tiempo al aire libre o en la naturaleza; el 47% ha pasado tiempo con amigos en la vida real; el 47% ha ido de compras en tiendas físicas de alimentación; el 36% ha comprado en otras tiendas minoristas (no alimentarias) mientras que el 30% ha leído libros o revistas en papel.

Lo quieran o no, la respuesta social a la modernidad digital está regresando a lo natural. El mensaje de Accenture va dirigido a las empresas, pero es el comportamiento humano el que está marcando las pautas. Regresando a Zygmunt Bauman: "Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho. Lo que se consume, lo que se compra «son solo sedantes morales que tranquilizan tus escrúpulos éticos»”, es algo de lo que la madurez ciudadana-digital se está dando cuenta.

Jean Francois Lyotard, el filósofo de la posmodernidad nos advierte: “La verdad no es una cuestión de correspondencia con la realidad, sino de juego de lenguaje y poder”. La vida nos ensaña que NO debemos creer a todo anuncio fosfórico que pase ante nuestros ojos. Además, Lyotard dijo: “El lenguaje no es una mera herramienta de comunicación, sino una construcción social que impone límites y otorga poder”. La experiencia nos obliga a desconfiar de la “negligencia artificial” por lo que una menguada desdigitalizacion en el futuro cercano no debe ser vista como un retroceso.

Pueden leer el informe completo en accenture.com


Este artículo fue publicado en el periódico Ecodiario Zacatecas

el 15 de diciembre del 2024

 

 

 

 

 

domingo, 8 de diciembre de 2024

 

La Sala de Lectura: El Big Bang de la palabra

 


“La vida es una manzana roja roja roja en mis labios cuando abro los libros”.

Efraín Gutiérrez de la Isla.

 

“Con el triciclo se lastimó la pierna.

Con la bici se cortó la cara.

Con el libro se abrió la cabeza”.

Gianni Rodari.

 

La sombra del tiempo guarece los recuerdos. En la memoria quedan las imágenes… y las palabras. Sobreviven a la historia las palabras: las encontradas al azar, las buscadas debajo de la lengua y las que nunca se dicen. Perduran, más nunca sin ayuda.

Nadie ha podido determinar claramente cuando fue el inicio del lenguaje en la humanidad, pero queda claro que fue cuando alguien quiso decir algo. Y así, la palabra empezó a viajar de boca en boca, hasta convertirse a la par de la historia en libros que la resguardaban.

Como dice el poeta James Russell Lowell: “Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra”, pero no llegan solitos, hace falta el empuje de Legionarios de la Palabra, como Efraín Gutiérrez de la Isla.

Hay palabras sabias, resabias y resabidas. Efraín las ha recorrido todas con su andar incansable de auténtico Legionario, que hoy cumple 25 años de haber fundado una Sala de Lectura con mucho andar.

Efraín Gutiérrez de la Isla nació en Zacatecas. Estudió en la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho y en la Escuela Normal Superior de México. Maestro e impulsor de la Literatura en Zacatecas; Profesor rural (1976-1979); Director de varias Escuelas Secundarias; Asesor Técnico-Pedagógico; Investigador en la formación docente y la construcción de redes escolares; fue Docente en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN); Coordinador del Área de Literatura y del Taller de Literatura del Centro Cultural de Zacatecas (1991-1996); Coordinador del Programa Nacional de Lectura (PNL) en el Estado de Zacatecas (2002-2003). Participó en la antología Por las anchas venas de la noche (1995); Autor de Fragmentos de insomnio (plaquette de poesía, 1997); Cerca de lluvia (1999). Ha publicado en un sinnúmero de revistas, suplementos culturales y diarios.

Los trabajos de Efraín Gutiérrez de la Isla, amén de su vasta formación pedagógica, se enfocan en la creación y promoción literaria. El 7 de diciembre de 1999 funda la Sala de Lectura "Nosotros", ahora “Eugenio María de Hostos y Bonilla”, que ha tenido varios nombres y una larga trayectoria de 25 años. Inicialmente fue en el Centro de Maestros de la Ciudad de Jerez. Durante sus primeros 15 años la Sala de Lectura no solo cambió de sede, sino también de nombre: en Jerez se le conoció como Sala de Lectura Calle del Espejo, del año 2000 a 2004. Posteriormente la Sala de Lectura estuvo en diversas escuelas secundarias del estado, donde el profesor Efraín Gutiérrez se desempeñaba como director del plantel: Escuela Secundaria General Pedro Coronel, de Jiménez del Téul., (2004-2005), se le conoció con el nombre de Sala de Lectura “San Andrés del Téul”; Escuela Secundaria General Ignacio Zaragoza, de Ojocaliente, Zac., (2005-2009), la Sala de Lectura “Cántaros Mochos”.

En la Escuela Secundaria General Rafael Ramírez Castañeda, de Apozol, Zac., (2009-2011), a inicios del ciclo escolar, Efraín Gutiérrez participa en el Segundo Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, donde brindó varios recitales de lectura en voz alta de su obra poética. Estando en esta bella isla tuvo noticias biográficas del prócer boricua Eugenio María de Hostos y Bonilla; su lucha por liberar Puerto Rico del yugo estadounidense, además del legado educativo, le ocasionaron llamar a la Sala de Lectura Eugenio María de Hostos y Bonilla de manera permanente. Continuó su peregrinar por la Escuela Secundaria General Cuauhtémoc, del Teúl de González Ortega (2011-2012), y la Escuela Secundaria General Pedro Vélez, de Guadalupe, Zac., (2014-2019).

Entre los años de 2013 y 2014 la Sala de Lectura Eugenio María de Hostos y Bonilla tuvo la hospitalidad brindada por la Galería Verde Matiz, donde, la pintora Teresa Chávez Montes (1948-2021) brindó las mejores posibilidades de crecimiento.

Es el 27 de abril de 2014 cuando inicia el servicio dominical en el Centro Cultural Ciudadela del Arte, gracias a la hospitalidad del Ing. Jesús Manuel Meza Montalvo, lugar donde lleva ya 10 años brindando fomento a la lectura todos los domingos, de las 12:00 horas hasta las tres de la tarde.

“Leer es como si nos hubieran nacido raíces milenarias en los pies”, dice Carmen Martín Gaite. La Sala de Lectura del Maestro Efraín ha fincado sendas raíces, no sólo en la promoción de la lectura, sino, además, mediante la conformación de una comunidad de aprendizaje, al interior de la misma Sala, donde es posible compartir conocimientos propios sobre Biblioterapia, escribir cuentos, narrativa, por decir algunos temas. La Sala de Lectura Eugenio María de Hostos y Bonilla es el vórtice de un torbellino de actividades, todas envueltas en la literatura.

¿El futuro? No imaginemos un mundo sin libros; la Edad Media ya nos da un referente de mil años de estancamiento. Tengamos en cuenta que hoy en día ser promotor de la lectura es un acto revolucionario, la única salvación para no regresar al oscurantismo. Efraín lo sabe, y sigue incansable ideando nuevas formas de hacer que la palabra –todas– lleguen a más gente.

Efraín Gutiérrez de la Isla, la voz que discurre pausada y expectante, como la llegada de La bestia en la jungla al interior del cuento de Henry James, nos recuerda lo mencionado por Irene Vallejo en su Manifiesto por la lectura: “Los libros son detonantes de lecturas que conducen a diálogos y viceversa. Donde las palabras, tan manoseadas en otros ámbitos, aquí son acariciadas, siendo la guarida de la filosofía y la poesía … Atravesamos tiempos de crisis, de cambio, de incertidumbres. Y es precisamente en esas encrucijadas cuando necesitamos volver la mirada a los libros, a los renglones del pasado: nada de lo que ocurre lo vivimos por primera vez. En épocas convulsas, lo escrito actúa como depósito fiable de las ideas que nos anclan y nos rescatan”.

Concluye Irene Vallejo “Leer nos enseña a hablar, nos educa en el arte del diálogo… y así el oficio de vivir nos resulta menos caótico”. Efraín Gutiérrez de la Isla lo sabe, y lucha cada día por ello. Felicidades por estos 25 años de mediador de la palabra.


Artículo publicado en el periódico Ecodierio de Zacatecas el 8 de diciembre del 2024

https://ecodiarionoticias.com/opinion/biblisfera-la-sala-de-lecturanbspel-big-bang-de-la-palabra


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 1 de diciembre de 2024

 

La República de la Falacia 1: Nadie prometió este caos.

 


Para las almas, la muerte consiste en volverse agua.

Heráclito de Éfeso

 

Política e historia.

 

Yo no miento (digo falacias, que es lo mismo, pero sin remordimiento); el decir verdades que parecen absolutas, sin, remotamente, serlo, es lo que conocemos como falacia. Hoy en día está de moda usar este tipo de expresiones que sin ser la neta, nos las venden como el santo grial de la verdad. Digamos los influencers: le meten la atribución de sus ideas –sin una pizca de investigación o respaldo argumental– a sus seguidores, que, sin preguntar ni dudar se tragan todo lo bueno o malo que les digan. Hay muchos, y millones y millones de seguidores para quienes la verdad, el mundo real, ha dejado de importarles.

Diríamos que vivimos una época en la cual la ficción ha superado a la realidad. Pero la cosa va más allá de eso. Decir la verdad, el NO engañar, se ha convertido en un acto revolucionario, fuera de lo común. Lo que podríamos llamar una nueva Generación Fachada, sabemos que en su interior no se dedica a construir nada que la sostenga, ni qué decir cimiente, a las personas de hoy en día.

Al volver la vista atrás (como cantara Serrat en “caminante-no-hay-camino”) se ve que no tienen siquiera una senda recorrida. La política, publicidad, noticias, redes sociales, van más por el rumbo de seguir ciegamente una imagen de “todo está bien”, que buscar que todo esté bien. Necesario “volver la vista atrás” en el contexto de la historia (que también está llena de falacias), para saber que los pasos mal dados se pagan caros.

Bradley Dowden, en su libro Falacia describe este recurso argumental en la literatura, como “un tipo de error de razonamiento” que, con demasiada frecuencia, es persuasivo, lo cual no debería ser, pues carece de bases que sostengan su veracidad. El lingüista americano enumera 231 tipos diferentes de “cualquier creencia falsa o causa de una creencia falsa”, que son, básicamente errores cometidos al argumentar informalmente en lenguaje natural o en el discurso cotidiano.

Podríamos enlistar y ejemplificar estos 231 “malos” recursos argumentales, pero es mejor encontrarlo en libros:

Las 50 grandes mentiras de la Historia, de Bernd Ingmar Gutberlet nos llena de preguntas que el mismo Santo Tomás hubiera hecho: ¿Qué sucedió durante el Diluvio? ¿Cuándo fue la Nochebuena? ¿Fue la Edad Media una época oscura? Y menciona que ya sea por sensacionalismo, cálculo político o simple calumnia, las falacias históricas quedan ancladas incluso hasta mucho después de que hayan sido desmentidas. Este libro recoge las mentiras más perniciosas y desconcertantes de la Historia universal, y analiza qué hay de verdadero, falso o dudoso en ellas. La historia la escriben los ganadores, dirían, aunque no sea del todo cierta.

Por su parte, Viaje por las mentiras de la Historia Universal, de Santiago Tarín, demuestra que la vida cotidiana está plagada de falacias, de las que no se salvan ni las noticias de hoy, que son la actualidad, ni las de ayer, que constituyen la Historia. Las biografías de los personajes más trascendentales están salpicadas de leyendas, propaganda e imaginación con las que se rellenan los huecos que deja el conocimiento. Define la Historia como un organismo vivo que es atacado con mucha frecuencia por el virus de la mentira, recomendando que lo mejor es acudir a la bibliografía para vacunarse de las falsedades. Las fuentes del conocimiento documentado saben poner al descubierto a las mentiras disfrazadas.

En La política en el siglo XXI, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto analizan los cambios que se produjeron en la sociedad para entender la nueva era. Explican por qué el sistema tradicional colapsó y es necesario acercarse a la política superando los mitos, para no caer en análisis arcaicos y paradigmas obsoletos. Aseguran que la política y su propaganda, están cada vez más llenas de falacias.

Por otra parte, en Contra la posmodernidad, Ernesto Castro Córdoba entabla una polémica con las principales contribuciones políticas, sociológicas y filosóficas de los últimos tiempos. Analiza una ardua polémica con aquella forma de filosofía obsesionada con el suicidio de la razón, la muerte de la metafísica y la superación de la Modernidad. Castro Córdoba demuestra que la apuesta normativa del postmodernismo resulta intelectualmente muy pobre y políticamente inútil.

La economía en una lección de Henry Hazlitt, manifiesta que el camino más corto y seguro para comprender la economía y la política económica actuales es una previa disección de los sofismas y falacias de que adolecen, singularmente la tendencia a considerar exclusivamente las consecuencias inmediatas de una política y sus efectos sobre un sector particular, sin reparar en las que produciría a largo plazo y sobre el conjunto de la comunidad.

En Los lobos, de Hans Hellmut Kirst, una novela original en torno al nazismo y la Segunda Guerra Mundial que no tiene como base la vida militar, muestra una mordaz radiografía del nazismo y todas las falacias que lo llevaron al poder en un pequeño pueblo alemán, desde su espectacular aparición hasta su fatídico desenlace con medio mundo destruido.

El lecho de Procusto, de Nassim Nicholas Taleb, recurre a la mitología griega para ejemplificar lo falaz de la vida. El mito de Procusto, relata la historia de un hombre obsesionado con hacer que sus huéspedes encajaran a la perfección en su cama, bien estirando sus extremidades, bien cortándolas. Este mito se aplica para referirse a la falacia pseudocientífica que consiste en deformar los datos de la realidad para que se ajusten a una hipótesis; y así es como interpreta Taleb los males que sufre la sociedad contemporánea. Un libro lleno de aforismos donde aceptamos lo que vemos e ignoramos lo que hay más allá.

Una falacia es un razonamiento no válido o incorrecto, pero con apariencia de razonamiento correcto. Es un razonamiento engañoso o erróneo (falaz), pero que pretende ser convincente o persuasivo.

En las siguientes dos entregas de este tema, abordaremos más a fondo lo que son las falacias en la ciencia y sociedad, así como la literatura y el pensamiento. Aprender a contrarrestar las falacias lógicas es una de las chambas del futuro, lo que nos permitirá dar pasos firmes y dejar huella en nuestro andar.


Artículo publicado el 1 de diciembre 2024

en el periódico Ecodiario Zacatecas