sábado, 29 de marzo de 2025

 

Stefan Zweig en tonos pastel

 


“Desde que existe el libro nadie está ya completamente solo,

sin otra perspectiva que la que le ofrece su propio punto de vista,

pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado,

el pensar y el sentir de toda la humanidad”.

Stefan Zweig

 

Libro(s)-VS-Peli(s).

 

Al hablar de películas de autor, siempre, en la visión de todo lector-cinéfilo, que somos muchos, el libro estuvo mejor que la peli. Ya lo hemos dicho más de una vez, este pensamiento ha generado las discusiones Libro-VS-Peli, pero, ¿hay alguna película que le gane al libro, en cuanto a su rica narrativa y sensación que nos deja al final? Aquí vale la pena hablar de un gran autor, sus libros, las películas adaptadas de sus libros y el director que ha roto los estándares de cómo hacer cine.

En el año 2014 salió a la luz una de las películas más insólitas en cuanto a su riqueza de imagen y genialidad de producción: El Gran Hotel Budapest, dirigida por Wes Anderson, la cual tuvo 9 nominaciones a los permios Oscar del cine, con excelentes actores que se pelearon por un papel en la cinta y una visual de cineasta que recorrió las épocas del cine mundial y su avance narrativo. Pero todo esto se logra en las obras cuyo autor tomó como referente el director para realizar el guion: Stefan Zweig (1881 – 1942).

Todos sabemos que el autor más adaptado al cine y la TV es Stephen King, pero tal vez el segundo lo sea Stefan Zweig, teniendo más de 15 filmes basados en su obra y su vida, que también tuvo elementos de drama de los grandes. King lleva la ventaja al escribir en el –socorrido por Hollywood– género de terror, mientras Stefan Zweg, escritor austriaco, nacionalizado británico, aborda la aventura increíble y el amor (en todas sus letales dosis), por lo que debemos obviar la comparación, aquí los filmes adaptados:

Parece que fue ayer' (1933) La primera versión al celuloide sobre una novela de Stefan Zweig, que Universal Pictures dijo que era una adaptación de 'Apenas ayer' de Frederick Lewis Allen, pero el público y la prensa se dieron cuenta que era una copia pirata de 'Carta de una desconocida' de Zweig. La editorial de Zweig en Estados Unidos, exigió el reconocimiento de la adaptación, cosa que la historia le otorgó.

La locura del trópico (1934) Basada en la novela 'Amok', que hace referencia al conocido "Síndrome de Amok": un comportamiento asesino o autodestructivo, seguido de amnesia o agotamiento.

'María Antonieta' (1938) Zweig escribió biografías de personajes como María Estuardo, Fernando de Magallanes o Erasmo de Rotterdam. Su biografía sobre la reina francesa María Antonieta fue una de las más aclamadas, sirviendo como base para la película dirigida por W.S. Van Dyke.

'Rosas blancas' (1943) Otra adaptación de 'Carta de una desconocida'. De origen finlandés. En este filme tampoco aparece Zweig en los créditos.

'Carta de una desconocida' (1948) Max Ophüls, cineasta alemán de origen judío, realizó una adaptación que respeta el espíritu original de la novela.

'Ya no creo en el amor' (1954) Roberto Rossellini dirigió y coescribió la adaptación del relato corto 'Miedo' de Stefan Zweig.

'Juego de reyes' (1960) 'Novela de ajedrez', última novela que escribió Stefan Zweg, fue adaptada al cine por Gerd Oswald.

'Secreto en llamas' (1988) Aunque ya había tenido dos adaptaciones al cine, una en 1923 y otra en 1933, no fue hasta 1988 cuando pudo verse en condiciones una película de la novela 'Ardiente secreto', titulada como 'Secreto en llamas' y dirigida por Andrew Birkin y protagonizada por Faye Dunaway.

'24 horas en la vida de una mujer' (2002) Esta novela también ha tenido varias adaptaciones cinematográficas. La primera fue en Alemania, en 1931, seguida de otra en Argentina en 1944, después una producción en el Reino Unido en 1952 y en 1968 fue Dominique Delouche el que la adaptó, no pudiendo presentarla en el Festival de Cannes. En 2002 llegó se logra la versión más aplaudida, dirigida por Laurent Bouhnik.

'Carta de una mujer desconocida' (2004) La célebre novela de Stefan Zweig tuvo una nueva versión que también logró una magnífica respuesta. El filme traslada la acción a la ciudad china de Pekín en 1948, manteniendo el espíritu de la obra original.

'La promesa' (2013) Patrice Leconte adaptó la novela 'Viaje al pasado' con el nombre 'La promesa', elegante triángulo amoroso protagonizado por Richard Madden, Rebecca Hall y Alan Rickman. El joven Friedrich Zeitz, recién licenciado en ingeniería y de origen humilde, trabaja para el magnate Karl Hoffmeister, y acaba enamorado de la esposa de su jefe, Charlotte, 30 años más joven que su marido.

'El gran Hotel Budapest' (2014) A la hora de crear 'El gran Hotel Budapest', Wes Anderson y el guionista Hugo Guinness se inspiraron en varias obras del escritor austríaco, como 'Veinticuatro horas en la vida de una mujer', las novelas 'La piedad peligrosa', 'La embriaguez de la metamorfosis' y su autobiografía 'El mundo de ayer'.

El filme tiene varios elementos propios de las obras de Zweig como el recordar historias del pasado, los amores fugaces o las pasiones no correspondidas, agregando humor y misterio al estilo de Anderson, quien confiesa: "Me encantó ‘Beware of Pity’, también leí The Post Office Girl. El Gran Hotel Budapest tiene elementos que fueron robados de ambos libros. Dos personajes de nuestra historia están vagamente destinados a representar al propio Zweig: nuestro personaje ‘Autor’, interpretado por Tom Wilkinson, y la versión teóricamente ficticia de él mismo, interpretada por Jude Law. Pero, de hecho, M. Gustave, el personaje principal interpretado por Ralph Fiennes, también está modelado significativamente en Zweig".

El gran hotel Budapest, que cuenta la historia de un conserje y su amistad con un joven empleado en un famoso hotel europeo en el período entreguerras, incluye buenas historias dentro de historias y giros inesperados, por lo que podemos afirmar, junto al hecho de que la peli está basada en varios libros y el mismo escritor, que la peli está mejor que los libros, pero muy poco. 

Finalmente, 'Stefan Zweig: Adiós a Europa' (2016) Dirigida y coescrita por Maria Schrader, sin estar basada totalmente en la autobiografía de Stefan Zweig, narra los últimos años de la vida del escritor en Petrópolis, luego de su paso por Buenos Aires y Nueva York.

La vida en sí de Zweig nos da para pensar como nos volvemos presos de la historia. Stefan Zweig nació el 28 de noviembre de 1881 en Viena, en el Imperio Austro-húngaro. En 1901 publicó sus primeros poemas y tres años después su primera novela, 'En la nieve'.

Sus novelas fueron muy populares en los años 30 y 40, debido a su carácter pacifista. Tras huir de Austria, por su condición de judío, y refugiarse en el Reino Unido, donde obtuvo la nacionalidad británica, Zweig emigró a América del Sur, estableciéndose en Petrópolis, Brasil, lugar donde, junto con su esposa Charlotte, se suicidaron en febrero de 1942, por el temor que tuvieron de que el nazismo dominase el mundo. Triste y actual ese temor.


Este artículo se publicó en el periódico Ecodiario Zacatecas

el 30 de marzo del 2025

sábado, 15 de marzo de 2025

 

Manual para no usar la IA en la creación literaria

 


 “Si la inspiración es el momento previo a la creación, 

el detalle constructivo es lo que la hace posible…”

Arq. Mies van der Rohe

 

 “La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido”.

Jorge Luis Borges

 

Una serie de acontecimientos y noticias ponen sobre la mesa de discusión la utilidad o no de la primera generación de Inteligencias Artificiales (IA) en el devenir social y su utilidad verdadera en las actividades humanas (si es que los humanos todavía realizan alguna actividad).

A partir del 1 de enero de este 2025 los humanitos que nazcan son llamados Generación Beta, caracterizada por haber nacido en el cobijo y evolución de la IA. Si la generación Alfa, parida en el entorno digital, vive alejándose de la realidad, la Beta ni siquiera creará una realidad alterna, pues la IA le proporcionará una.

En un reciente curso sobre cuento que impartí, un autor presentó a revisión un texto “generado por Inteligencia Artificial”, cosa que no le di importancia y lo revisé, junto con los demás textos propuestos, concluyendo que el texto presentado carecía de elementos vitales, reflexiones, que no comunicaba experiencias; fue cuando el autor me recordó que lo había generado con IA… y yo dije: “ah”.

La IA no tiene vida, por tanto, no puede narrarla como un escritor mortal. Pensé. El poder de la ficción es transformarnos la vida, y aquel relato parecía más un paseo por coche que una vivencia.

Para conocer más a fondo los ires y venires actuales de la IA, recomiendo el libro Inteligencia artificial, Guía para seres pensantes, de Melanie Mitchell, que separa todo lo que prometen las grandes empresas del internet al usar su IA (que ni sabemos si de veras es IA), de lo que verdaderamente es y promete ser a corto plazo. Hace un examen del estado actual de la inteligencia artificial y de cómo está rehaciendo nuestro mundo. “Ninguna empresa científica reciente ha resultado tan seductora, aterradora y llena de extravagantes promesas y frustrantes reveses como la IA”, asegura.

Melanie Mitchell, científica informática, revela, al inicio de su libro, la reciente oleada de aparentes éxitos, las esperanzas y temores que rodean a la IA, así como las cuestiones más urgentes: ¿hasta qué punto son realmente inteligentes los programas de IA? ¿Qué pueden hacer realmente? ¿Qué tanto esperamos que se asemejen a los humanos y cuándo debemos preocuparnos de que nos superen? Mitchell describe los programas más avanzados, sus inventores humanos y las líneas de pensamiento históricas que sustentan los logros recientes, proporcionando una idea clara de lo que el campo ha logrado y cuánto le queda por recorrer.

Volviendo a los textos propios, ¿Nos afecta usar la IA para crear una historia “propia”? Bueno, pues de entrada NO es una creación propia, sino un texto asistido y –hasta cierto punto– plagiado.

“Editores y autores franceses denuncian a Meta por usar sus trabajos para educar a su Inteligencia Artificial” dice una nota reciente, que nos da cuenta de que el programa inteligente utiliza bases de datos existentes, que no son de su propiedad, o bien los datos que ofrecemos al solicitar “el trabajo”, lo cual hace que cualquier historia generada tiene una raíz en la data universal. Nada es creado desde cero, o desde el punto eurekasiano del brote de la inspiración humana.

La IA escribe libros, pero estos son llamados “sin autor”, y tienen dos grandes desventajas:

Falta de originalidad: La IA puede crear textos convincentes, combinaciones de patrones y datos previos, pero carecen del toque humano o la reflexión que los escritores aportan a sus obras.

Sin contexto emocional: Las IA pueden imitar emociones, pero no experimentan el mundo de la misma manera que un ser humano. Los libros “sin autor” carecen de una resonancia emocional.

¿Son mejores los libros escritos bajo nuestro propio esfuerzo?

El editor argentino Guillermo Schavelzon hace una comparativa sobre los libros sin autor que vende Amazon (donde no paga regalías a nadie) y los firmados al calce por alguien que sacó las palabras a tinta y sangre: “su pobreza literaria y mediocridad impiden su éxito comercial. Amazon no ha logrado, pese a sus enormes recursos, posicionarlos entre los más vendidos. Son libros cuya generación se aplica la información algorítmica obtenida de millones de libros analizados (sin permiso ni remuneración al autor ni a su editorial), que para reemplazar al escritor han resultado ineficaces”, argumenta. Pero la gente prefiere comprar obras de quien conoce y ha visto caminar en alguna de las redes sociales.

“Los libros ‘sin autor‛ tienen tramas predecibles, personajes estereotipados, lenguaje simplificado y giros dramáticos demasiado calculados, y no tienen ninguna innovación, la expresión es de una simplicidad empobrecedora” analiza el editor.

“El Gremio de Autores de Estados Unidos certificará libros creados por ‘intelecto humano’ en lugar de por inteligencia artificial”. asegura el diario británico The Guardian, sobre las primeras medidas que toman los creadores para garantizar la originalidad de los escritos humanos y no engañar al lector. “El portal en línea Human Authored permite a sus miembros registrar su libro y utilizar un logotipo especialmente diseñado en las portadas y los materiales promocionales”.

Según Human Authored “no se trata de rechazar la tecnología, sino de crear transparencia, reconocer el deseo del lector de conexión humana y celebrar los elementos exclusivamente humanos de la narración”. Según The Guardian, la directora ejecutiva de HA, Mary Rasenberger, menciona: “Los autores pueden seguir calificando si utilizan la inteligencia artificial como herramienta para la corrección ortográfica o la investigación, pero la certificación implica que la expresión literaria en sí, con la voz humana única que cada autor aporta a su escritura, emanó del intelecto humano”.

Esta puede ser una acción que nos permita diferenciar entre lo digital y lo esencial. Para un escritor sucede lo mismo que para un estudiante cuya tarea de fin de semestre fue hecha por una IA: tal vez pase el curso, pero no obtuvo ningún aprendizaje.

 

 Este artículo fue publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el 16 de marzo del 2025

 

sábado, 8 de marzo de 2025

 

LibrosVSPeli: La Ciencia Ficción de Simon Stalenhag


 

“Entre el pensamiento y la palabra hablada existe una fisura en la que puede penetrar la intención, el símbolo puede ser abstraído y la mentira admitida en la existencia”

Ursula K Le Guin

(La ciudad de las ilusiones)

 

Lo abstracto está formado de palabras dúctiles; la fantasía, de sueños que omiten la palabra “improbable”; la Ciencia Ficción, la CF es una abstracción que construye los sueños con artefactos. Mientras exista el futuro habrá Ciencia Ficción, lo diré yo en alguno de mis futuros libros. Retomando: lo abstracto es la idea, la fantasía es el mundo en el sueño, y la CF es la vida como sería la vida si hubiera otra vida… y la Ciencia Ficción de Simon Stalenhag es otra cosa.

Sus libros –que son historias gráficas, que nos llevan más allá de la descripción lingüística–, Tales from the Loop o Leyendas desde el bucle, y Estado Eléctrico, hablan de una ciencia ficción discreta, donde los artilugios y las teorías son personajes de la misma historia, que al parecer ya los hemos visto antes.

Una Suecia distópica llena de robots y dinosaurios, donde la gente se maravilla con su inquietante fusión de ciencia ficción y suburbios: pueblos rurales donde los niños pasan tardes apáticos explorando esqueletos de robots oxidados y torres de refrigeración gigantes acechan el horizonte.

Ninguna de las obras de Simon Stalenhag está en el futuro sino en el pasado; en concreto, su infancia en los años 80 en Färingsö, una gran isla situada Suecia. "Suecia es plana y aburrida", dice. "Pero creo que las partes aburridas son emocionantes. Siempre me ha disgustado la estética demasiado dramática. Cuando fui a los EE. UU. por primera vez, mis ojos ni siquiera podían procesar los paisajes Disneyescos”.

Stalenhag escribió Tales from the Loop, porque los fanáticos le enviaban historias que habían ambientado con sus pinturas, las cuales se alejaban mucho de sus ideas, por lo que tuvo que hacer una versión que cubriera ambos sectores del arte. Su arte va más allá de la historia que nace de las mismas imágenes que completan las novelas gráficas de Simon.  

Tales from the Loop está ambientado en una historia alternativa; La construcción de un acelerador de partículas gigante en la Suecia rural, que los lugareños llaman “The Loop”. Cuando se cerró en 1994, había formado a una generación de niños, para quienes los robots, las pistolas de partículas y los dirigibles eran tan cotidianos como los deberes y la hora del té. Hay poca trama en las historias, a menudo muy cortas, que son tan fugaces como un recuerdo a medias: dos gemelos intercambian cuerpos accidentalmente (sus padres nunca se dan cuenta), una ruptura en el espacio y el tiempo hace que los trilobites se apoderen del gimnasio de la escuela, un enfrentamiento entre la policía y un niño rebelde que empuña un guante robótico… y cosas así.

La serie de TV, producida por Amazon Prime, presentó un par de problemas: buscó competir con Black Mirror y Stranger Things al ofrecernos una visión retrofuturista de historias raras. Pero volviendo al término de “CF discreta” del Loop, formó un producto diferente que no pudo competir, pues la serie no renovó temporadas, aunque Simon tenga una segunda parte de Tales from the Loop.

La otra: los cuadros que ambienta Stalenhag sirvieron como “story board” para la producción y dieron muy poca libertad al director para presentar su propuesta, por lo que los capítulos se parecen a las cartas que los fans le enviaban a Simon sobre sus imágenes.

Viene algo nuevo: Netflix estrena el próximo 14 de marzo la cinta Estado Eléctrico, basada en otro libro de Simon Stalenhag. La peli es una mezcla de ciencia ficción, road movie y un relato intimista que busca emocionar e impresionar visualmente. Con un mundo al borde del colapso y una estética que combina la melancolía retro con una visión futurista desoladora, Estado eléctrico es la producción más cara de Netflix hasta la fecha, con 320 millones de dólares de presupuesto.

En Estado eléctrico, ambientada en un distópico 1997 en el que los robots se rebelaron contra los humanos por las vejaciones a las que éstos les sometían y acabaron perdiendo, conoceremos a Michelle (Millie Bobby Brown), una adolescente huérfana con poco respeto por la autoridad y nulas intenciones de abrazar la tecnología que Sentre, la empresa que dio la victoria a los humanos, ofrece al mundo.

Todo cambia cuando un autómata aparece ante Michelle diciendo ser su hermano menor al que daban por muerto, comenzando así un viaje en el que no tardaremos en conocer a Keats (Chris Pratt), un otrora soldado de la resistencia humana y ahora contrabandista, que va siempre acompañado por un robot con consciencia, como todos los que se opusieron a seguir siendo meros esclavos.

Los hermanos Russo, apoyándose en el trabajo de Stalenhag, han buscado crear todo un universo donde los robots viven hacinados en reservas, la humanidad acepta el establishment y esa suerte de realidad virtual que se creó en aras de salvarnos de los autómatas se ha tornado en un peligroso medio de adoctrinamiento y evasión.

La película tiene muchos brincos entre acción y datos que podrán hacernos perder el hilo, pero está bien para los fanáticos de la ciencia ficción y la robótica, que no sentirán que el libro estaba mejor que la peli.


Publicado en el periódico Ecodiario de Zacatecas

el día 9 de marzo del 2025