sábado, 5 de octubre de 2024

 

Caballos lentos, pero de buen colmillo
 

“Se detuvo y fingió mirar la hora en el reloj;

 una maniobra idéntica a cuando se mira la hora de verdad”.

Mick Herron

 

“Las mujeres rápidas y los caballos lentos arruinarán tu vida”.

Steven Knight

Peaky Blinders

 

Las historias de espías fueron alguna vez el alter ego del cine mundial. Con la posguerra, después de 1945, y la Guerra Fría, ante los movimientos geopolíticos de los años 50 y 60 del pasado siglo, había “carne de cañón” para todas estas novelas, de las cuales James Bond, el agente 007 de Ian Fleming, fue la más popular.

Pero los años han hecho mella en la historia. Cayó el muro de Berlín (y el bloque soviético), se congeló la guerra fría y, con las nuevas tecnologías (los “juguetitos” de Bond, James Bond, pasaron de dar sorpresa a dar risa), hoy en día las figuras del espionaje tienen que esforzarse más para lograr un Best Seller de su autor o una adaptación al cine con recaudación decente en taquilla. Los imaginativos trucos de aquellos que salvan al mundo antes del desayuno ya parecen “caballo cansado”, por su escasa originalidad.

Pero hay una saga de, hasta ahora, seis libros –seguida de una serie de TV que esta semana termina su cuarta temporada– que le ha dado un giro a todo este sistema del contraespionaje de alta gama, para echar otra mirada a los que malparió el fin de la guerra fría, abandonándolos en el rincón más sucio, como a la “pobre muñeca fea”.

El mes pasado salió a la luz En el país de los espías, de Mick Herron, la sexta entrega de la multipremiada serie de best sellers ingleses sobre los «caballos lentos», título del libro que abrió la saga (tres millones de copias vendidas), la cual dentro de la mismísima MI5, agencia de espionaje británica que apadrinó por décadas al agente 007, nos lleva hasta los entresijos del lugar a donde mandan a los agentes indeseables, los que cometieron algún error grave en su trabajo de espionaje o a quienes quieren olvidar poniéndolos fuera del alcance de todos: La Ciénaga. Hasta ahí va a parar Jackson Lamb, agente que dio todo por su país durante la guerra fría, pero ahora es el insufrible, odioso y alcohólico jefe de este grupo que parece que no da una, pero algunas veces, por error, salvan al mundo.

Cada temporada de la serie de TV en streaming, que se transmite por Apple TV, se basa, durante seis capítulos, en cada uno de los libros de la saga de Mick Herron. Hablemos de qué tratan los libros:

Caballos lentos. Jackson Lamb está la Ciénaga, un vertedero en Londres al que van a parar los miembros de los servicios secretos que han cometido un error. Sus colegas los denominan «caballos lentos», son algo así como los parientes pobres del espionaje británico. Nadie del MI5 desea estar ahí. River Cartwright, se pasa el día transcribiendo conversaciones interceptadas de teléfonos móviles, cuando secuestran a un joven y los autores amenazan con decapitarlo en directo por internet. River ve la oportunidad para redimirse. Mientras se acerca al plazo para la ejecución, descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos, y si los caballos lentos no se avivan, el eco del crimen se difundirá por todo el mundo.

Leones muertos. Los agentes de la Casa de la Ciénaga escoltan a un oligarca ruso de visita en Londres, que el MI5 pretende alistar en sus filas. Mientras dos agentes son enviados al trabajo de vigilancia, Dickie Bow, un antiguo espía de la época de la Guerra Fría, es hallado muerto en un autobús. Jackson Lamb está convencido de que Dickie Bow ha sido asesinado. Porque si has sido espía, lo eres para siempre. Así, cuando los "caballos lentos" investigan, ponen al descubierto secretos de la Guerra Fría que parece conducir a Alexander Popov, una antigua leyenda soviética, que ahora es el hombre más peligroso del mundo.

Tigres de verdad. Cuando secuestran a un caballo lento y les exigen un rescate, los agentes de la Ciénaga se ven obligados a burlar las medidas de seguridad de la oficina central del MI5 y robar información valiosa como moneda de cambio para salvar a su colega. Sin embargo, ese incidente no es más que la punta del iceberg de una conspiración a gran escala, en la que no solo está implicada una banda secuestradora, sino también alguien del servicio secreto.

La calle de los espías. David Cartwright antiguo jefe del MI5 parece haber perdido la cabeza (demencia senil, le llaman). Su nieto River, un «caballo lento», debe investigar. Pero su abuelo no está loco, sabe que debe cuidarse de sus antiguos “pecados”. Jackson Lamb trabajó durante un tiempo con el abuelo de River y sabe que es «un espía viejo y desagradable con las manos manchadas de sangre».

Las reglas de Londres. El nuevo director del MI5, Claude Whelan, encargado de proteger a un primer ministro acosado, se enfrenta a ataques de un parlamentario y de su esposa, que escribe una columna en la prensa sensacionalista. Además, el país se ve agitado por una serie de ataques terroristas en apariencia aleatorios. En la Ciénaga, sus miembros lidian con la sospecha de que su nuevo compañero es un psicópata y trata de matar a uno de ellos. La situación es mala, pero siempre podremos contar con los caballos lentos para que sea mucho peor.

En el país de los espías. En la Ciénaga se agitan los recuerdos, todos ellos malos. Catherine Standish vuelve a comprar alcohol, Louisa Guy remueve las cenizas de su amor perdido y el nuevo recluta, Lech Wicinski, marginado incluso entre los «caballos lentos», está decidido a descubrir quién arruinó su carrera. Mientras tanto, el mandato de Diana Taverner como Primera Mesa tropieza con arduas dificultades: si quiere que el servicio se adapte a su propósito, puede que tenga que hacer tratos con un viejo y conocido demonio. Jackson Lamb preferiría quedarse tranquilo y meditando en paz, pero las sombras de su pasado lo alcanzan, así que, cuando un conocido traidor aparece en escena, Lamb envía a su equipo a igualar el marcador.

Sobre los libros: El último de ellos es considerado el mejor, mostrando la madurez de Mick Herron, al llevarnos al filo de la silla a cada vuelta de página, sin saber si lo que suceda será la estupidez de uno de los caballos lentos o la solución a una amenaza mundial, que podría ser solamente un gato en el tejado del viejo Londres. La narrativa de Herron hace volar nuestra imaginación a cada trazo de pluma. Es atrayente de principio a fin.

Sobre la serie de TV: Las imágenes de Londres, tanto el centro de negocios como los suburbios, son de lo mejor. Hasta parece publicidad turística al estilo inglés. Entre los rojos camiones de dos pisos y los taxis negros, pasa la muerte destruyendo todo a su paso.

Cabe resaltar la excelente actuación de Gary Oldman, ganador del Oscar por su actuación en Drácula de Bram Stoker, como el agente Jackson Lamb, regordete, alcohólico, imbañable, pedorro e insufrible, cuyo papel solicitó el mismo Oldman, luego de haber leído las primeras entregas de la saga. Además, tiene otras actuaciones sobresalientes, como Kristin Scott Thomas y Jonathan Pryce, aderezado por la canción tema, interpretada por el mismísimo Mick Jagger. Excelentes producciones que nos dejan esperando más al finalizar el sexto capítulo de cada temporada.

Caballos lentos es, además de una joya de la literatura inglesa contemporánea, una nueva visión desde el streaming sobre los derroteros que ha tomado el espionaje a nivel mundial. Vale la pena leer los libros y ver las temporadas ya estrenadas + las que vienen. Saludos.

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