domingo, 27 de octubre de 2024

 

La Realidad Real abandona la narrativa. Me explico.

 Disclaimer: Cuando la ficción nos arrebate la verdad.

 

Una historia dentro de otra historia nos da tres momentos que confunden la narrativa. El uso de distintos narradores en la serie (y en el libro original), además, nos oculta qué es cierto y qué no debemos creer.

 

Hace un mes hizo ruido en el Festival de Cine de Venecia la serie de Apple TV+ Disclaimer (Desprecio en español, aunque el libro en el que está basada la historia se traduce como Observada y la traducción lírica sería “no responsable”), que cuenta con la participación de 4 ganadores del Oscar en diferentes categorías: Alfonso Cuarón, el director mexicano; Cate Banchett, la actriz principal; Kevin Kline, el actor principal, y el también mexicano Emmanuel Lubezki en parte de la fotografía. ¿Una serie en un festival de cine? Bueno, se justifican los cuatro óscares que le preceden, además que fue exhibida fuera de competencia, como los cortometrajes, con sus 7 capítulos divididos en dos partes, los cuales causaron muy buena impresión por su calidad de buen cine.  

Pero empecemos por el Libro, que recomendamos leer primero: Observada (2015) de Renee Knight, y los tropezones que hay entre este y la serie de TV.

Casi todos guardamos secretos que, si algún día salen a la luz, podrían causar daños irreparables –dice el prefacio-. Una noche Catherine Ravenscroft encuentra un libro titulado El perfecto desconocido, el cual sacude toda su existencia. La lectura de la novela es una ola que la arrastra hacia veinte años atrás en una playa del sur de España (Italia en la serie). El relato desvela un episodio de su vida que ha mantenido oculto. ¿Quién es el autor y cómo ha podido enterarse? Lo peor es que la versión de lo ocurrido ha sido tergiversada por alguien dispuesto a destruirla. Así pues, para preservar el amor de su hijo y de su marido, Catherine deberá confesar lo que realmente pasó en aquellos días de verano.

La obra muestra muchas similitudes que nos hacen dudar qué es real y qué es ficción, y aun después de saberlo nos quedan dudas. La historia de suspense, escrita por la realizadora y guionista inglesa Renée Knight (que trabaja en TV, como la protagonista del libro) nos hace pasar por el filo que separa la verdad de la mentira. Hay un libro dentro del libro que es la novela, pero cuya escritora no es una escritora, publicado por su marido, que tampoco es escritor de peso, con el fin de hacer pasar malos momentos a la mujer de las fotos que sacó el hijo de ellos (de las cuales emerge toda la historia, con detalles obtenidos de manera inverosímil).

La trama está llena de giros y sorpresas que mantiene al lector en vilo hasta el punto final. Pero la experiencia en TV de la autora hace que tropiece en la utilización de varios narradores a cada capítulo, cada uno de ellos con su verdad que puede o no ser cierta.

Observada se divide en 57 capítulos cortos, donde el tiempo y los narradores cambian sin ton ni son. La autora ha creado una atmosfera opresiva, aunque un tanto repetitiva y con cambios no creíbles en las actitudes de los personajes.

De la serie: Desprecio (Disclaimer, 2024). Alfonso Cuarón leyó el libro de Renée Knight, Disclaimer (2015) antes de hacer la película Roma. No es casualidad ver coincidencias en las impresionantes imágenes del mar, entre Roma y los momentos en que el joven Jonathan se ahoga en la serie de TV. Cuarón nunca había dirigido series de TV, pero al escribir el guion, le quedó muy extenso para un filme. El resultado es una serie con sabor a cine.

La serie juega con la forma y la narración, con flashbacks, diferentes perspectivas, líneas de tiempo y narradores que reparten información, pero cuya voz off nos saca de onda, pues no sabemos si es un narrador del libro, de la serie, o un fantasma de hace 20 años o 10 o 5.

“Puede acercarnos a la verdad, pero también pueden ser un arma con un gran poder de manipulación”, dice Cuarón. Tampoco es gratuito que Londres –centro de la historia- sea la capital mundial de los tabloides amarillistas, donde vale más el chisme que la neta.

Y la serie parte de la verdad hacia nadie sabe dónde. La periodista Christiane Amanpour entrega un premio a la documentalista Catherine Ravenscroft (Cate Blanchett). En su discurso nos dice que, si uno se aferra demasiado a sus suposiciones, se puede caer. Podría tomarse como el “descargo de responsabilidad” (disclaimer) de la serie.

Este es el punto fuerte de la serie, y su problema. Cuarón emplea tiempo y esfuerzo para crear una trampa, dejando que su verdadera historia resienta el proceso. Hay momentos en los que nos preguntamos si vemos una buena historia mal contada o una mala historia bien contada y si, al final, encontrar la realidad valía la pena.

Quedan dudas.

Tanto Observada, como Desprecio, la serie, nos obligan a una segunda lectura para cotejar todo aquello que no creímos de un inicio y lo que nos tragamos sin ver que era mentira. Ambos tienen fallos que cada uno debe encontrar. Como ejemplo: el libro Un completo desconocido está escrito por la madre de Jonathan, una historia construida frente a un grupo de fotos porno de donde no se puede extraer toda la verdad. El pasado son fragmentos que ni la misma Catherine Ravenscroft, periodista de TV que persigue la verdad (pero tratándose de lo que el libro descubre trata de ocultarla) es capaz de remendar.

Todos juzgaremos a Catherine, pero hasta el final, que no contaremos, para que lo lean o vean en streaming este 7 de noviembre en Apple TV+, sabremos si la evolución de todos los personajes en 20 años de historias –no todas ciertas- es creíble. Total, no me crean lo que les digo y lean el libro. Saludos.


Publicada en el periódico Ecodiario ZACATECAS el 27 de octubre del 2024

Imágenes cortesía de Apple TV+

sábado, 19 de octubre de 2024

 Amorcito-Corazón y dos luchas más

 





Cuento publicado en la antología Amorcito-Corazón y seis luchas más, del Taller de Escritura Creativa Alberto Huerta


En la Arena Coliseo hierve el ambiente. El lleno total de la plaza obligó a Rodrik a sentar a su hijo de 10 años sobre sus piernas, en el asiento que consiguió gratis en tercera fila de la parte norte, justo en el pasillo por donde bajan los luchadores.

“¡Y las damas primero! A nadie le gusta hacer pactos con el diablo, ni aunque este se llame Blue Demon, pero este viernes de Lucha Libre, en el majestuoso ‛Embudo de la Lagunilla’, los enfrentamientos a tres caídas, sin límite de tiempo, inician con el llamado ‛sexo débil’ mostrando toda su fortaleza en este pancracio, donde también ha llovido sangre de las chicas enmascaradas, porque no se amedrentan ni ante el mismísimo demonio”.

Inicia el comentarista, con todo el retumbar del sonido local y los radios portátiles que reciben señal de la función de Lucha Libre. Lo primero que hace Rodrik es pedir una cerveza en vaso grande al despachador más cercano.

—¿No me va a comprar un refresco, apá? –le pregunta su hijo, mientras él paga y recibe en su mismo asiento.

— Ya estás en edad de probar cerveza, Jano.

— Mamá dice que la cerveza hace daño y engorda.

Responde con toda la razón que explica la voluptuosidad abdominal de su prócer, pero sin ser escuchado. El locutor interrumpe.

“¡Caminos de vientos dóciles llevan al infierno! Hoy iniciamos las batallas de la Arena Coliseo con cuatro damitas, en mano a mano de parejas en el que solo habrá una sobreviviente digna de la gran corona como la mejor luchadora de la región”.

Las luces del local se apagan y todo se concentra en la salida de vestidores por el pasillo norte.

“Abre el desfile de princesas Amorcito Loco, liberándose de una camisa de fuerza, en lugar de la tradicional capa que portan los luchadores. Bella damita de cabellera abundante que muestra toda su gracia en colorido bikini, el cual exhibe su musculatura lograda en el gimnasio que, junto a su locura en el cuadrilátero, hacen de ella la oponente más peligrosa del momento”.

La luchadora avanza triunfal, con paseíllo holgazán y una risa desparpajada que evidencian falsa locura. Al pasar por la tercera fila, el hijo de Rodrik recuerda de cerca la sentencia sobre la gordura como efecto del fermentado de cebada. La loca tiene panza chelera.

“Hace la aparición su compañera de gesta –por el momento– la invencible ¡Corazón Flamígero! que, presumiendo su belleza natural, al igual que Amorcito Loco, no utiliza ninguna máscara, y su blonda cabellera reitera su carácter de invicta; porque, como su nombre lo dice: es adorable, pero no dudará en darte una puñalada por la espalda… ellas son rudas, rudas, rudas”.

La dama, vistiendo top que lleva como escudo un corazón atravesado por un puñal antiguo, más delgada que la loca, pero a vistas más alta y poderosa, alcanza a su acompañante en el ring y juntas dan su paseíllo, saludando a las más de 6 mil almas congregadas en el foso de épicas batallas. Jano, al verla pasar, levantó la vista todo lo que pudo hasta cruzar una mirada con la atleta, que al avanzar le pareció eterna.

—¿Las mujeres se golpean de verdad, apá? –preguntó.

— Esto es circo, maroma y teatro, Jano; las mujeres siempre serán el sexo débil. Pero verlas con poca ropa “levanta el ánimo”, algún día lo entenderás.

“Una maravilla traída de Brasil es la hermosa Lady Farinha, que cubre su rostro con esa máscara verde-amarelo, pero tras la cabeza presume su abundante cabellera con una cola de caballo de intenso y brillante negro”.

El hilo de la pequeña tanga sobre sus caderas hace que la brasileña sea un atractivo superior para la función. La carioca pasea a ritmo de samba por el pasillo hasta colocarse en la contra esquina del ring frente a sus enemigas. Rodrik nunca pierde de vista el trasero de la bella luchadora. Con una cerveza caguama en las venas, sus gritos sobresalen a la muchedumbre.

— ¡Mamacita, te amo! –se escucha en todo el pleno.

Jano es llevado por esas palabras al fragor de hogar. Para él lo más representativo del amor son los cariños de su madre, cuando la escucha silbar cancioncillas desde la cocina. A veces chifla la melodía de una película de Pedro infante con tonada pegajosa, pero su favorita es una que al silbarla hasta parece que la está cantando: “Que se quede el infinito sin estrellas…”. Y él se acerca, recarga la cabeza en su cadera y la abraza de la cintura mientras ella, sin descuidar los deberes, acaricia su cabello a una mano. Es para este niño el momento más placentero de la jornada, pero también la calma que precede a la tormenta.

“Finalmente, la más misteriosa estrella de la Lucha Libre”. Expresa el locutor de la noche. “La Calandria Enmascarada, de quien lo único que se conoce es su máscara color papaya con antifaz negro y la nariz cubierta como si fuera un pico de ave. nadie conoce su identidad, no da entrevistas. Solamente lucha, vence y se va. Y esta noche viene a hacer una de esas rutinas de victoria y desaparición”.

La Calandria Enmascarada sale de los vestidores con paso firme, casi militar, sabedora de lo que enfrenta, pero portando esa estirpe de soberana del ring. El negro de sus ojos se pierde entre el antifaz de su máscara, es imperceptible dónde termina la intensidad de su iris y comienza la profundidad de sus pupilas. La fortaleza de ese negro hace su mirada abismal. Al avanzar se despoja de su capa con forma de alas, dejando que su traje de baño anaranjado, de una pieza, le resalte la figura. Un cinturón negro –que funciona más como fajín de lucha– acentúa el bello contorno. La asistencia clama su paseíllo sin exageraciones, con el respeto que se ha ganado por incontables luchas en ese coso.

Hasta que, al pasar la tercera fila, Rodrik cimbrea su cadera con tremenda nalgada. Ella voltea con furia que erupciona, pero al ver que hay un niño en las piernas del atrevido espectador, sigue su paso hasta subir al ring y reunirse con Farinha.

“Las cuatro luchadoras saludan al público en el preludio de la batalla. ¡Es noche de gladiadoras que no saben rendirse!”.

Grita el vocero, acrecentando el furor de la gente. La mujer de la máscara color papaya no disimula su enojo –muy fuera de lo común para algo tan intrascendente en ese oficio–. Antes de iniciar la gesta, Amorcito Loco gira sus ojos en ademán de chifladura y sin decir “agua va” asesta el primer puñetazo a la Calandria enmascarada, derribándola sobre la lona.

— Así se les pega a las viejas, mijo. Para que nos respeten y se arrodillen del miedo. –Dice Rodrik con arrebato que se pierde entre la animosidad del público.

— ¿Y el amor, apá?

El ruido de la campana y la bulla del lleno en la Arena le impiden oír. Pero Jano recuerda por un instante los momentos cuando su padre escucha silbar a la ama de casa y corre a la cocina a propinarle golpes con la única razón de que le molesta el ruido que forma el aire musical brotando de sus labios. Llanto, sangre, discusiones, sumisión. No son los ejemplos de amor que el niño ha recibido. Al hombre de la casa no solo le mortifica que su mujer chifle mientras cocina, no soporta que ella trabaje las tardes-noches, de martes a sábado, como lavaplatos en restaurante de lujo; le da coraje que ella gane más dinero que él en su trabajo de ayudante de mecánico –las propinas son muy buenas, aduce ella, a veces entre sollozos–. El impacto del puño de Amorcito Loco sobre el pómulo de La Calandria le dolió al jovencito Jano en lo profundo de la remembranza.

“Ni tarda ni perezosa, la Calandria Enmascarada salta como resorte a devolver el puñetazo a su contrincante loca. Hay furia en la mujer que viste color papaya, tanto así que Corazón Flamígero y Lady Farinha permanecen inmóviles en sus esquinas”.

El estilo del ave enmascarada cambia de “técnica” a totalmente encolerizada, repartiendo golpes a Amorcito Loco. La gresca dura poco: una patada voladora entre oreja y parietal hace que la mujer del ataque adelantado caiga desvanecida a la lona.

Calandria Enmascarada se abalanza al piso encima de la chiflada aplanando su espalda. El réferi se tira para el conteo de tres tiempos y da por bueno el primer episodio del enfrentamiento. La mujer-ave ha olvidado silbar el triunfo desde la tercera cuerda en su esquina, como tiene acostumbrado a su público”.

Pero Amorcito Loco no se levanta. Permanece inconsciente. La Arena coliseo guarda silencio momentáneo.

Jano, desde la tercera fila de butacas, regresa a sus recuerdos fulminantes, cuando su padre golpeaba a su mujer hasta el desmayo. Si él intervenía para intentar detenerlo, terminaba de una patada bajo el fregadero. Era común ver a su madre disfrazar los resultados de las golpizas con maquillaje.

Su padre pide otra cerveza y, cansado de tener al niño en sus piernas, le indica que vea las luchas parado en el pasillo.

Los doctores de la esquina ruda suben al ring para intentar que Amorcito Loco recupere la consciencia, pero le informan al réferi que ella no podrá continuar. La Calandria Enmascarada gana las tres caídas en un solo ataque de ira. Pero no está contenta.

“Parece que la mujer-ave desea el triunfo a toda prisa. Apenas se determina la descalificación de la loca desmayada, Calandria Enmascarada sube a la tercera cuerda y salta al mejor estilo del Místico, tomando entre sus piernas el cuello de la grandota Corazón Flamígero y girando a su alrededor para hacerla caer al piso. Pero antes de que se suba encima para ganar la caída, Lady Farinha la empuja fuera del ring señalando que la mujer alta es su contrincante”.

La luchadora del traje papaya ve cómo el niño la mira sorprendido en la cercanía, desde el pasillo. Las cosas pasan rápido, mientras ella parece hacer un ademán de saludo, la ruda espigada, con facciones europeas de mujer del mar del norte, hizo girar en el piso a la brasileña y le ganó la primera caída a golpeteo del réferi sobre la lona.

“¡Corazón Flamígero le ganó las espaldas a la bailadora de samba!” gritonea apasionado el comentarista. “Pero el gusto le dura poco. Calandria Enmascarada sube al cuadrilátero como de rayo y antes de que la mujer de blonda cabellera reaccione, ya ha sido derribada y tiene a la mujer-ave encima. ¡El réferi le da el triunfo de esta caída a la mujer misteriosa!”.

La furia de La Calandria no ha cesado. Ayudada por su compañera de cola de caballo azabache, le propina las dos caídas restantes a Corazón Flamígero en breve. Pero la traición es instantánea.

“Solo quedan dos sobre el ring, pero la amazona toma la delantera impulsándose en las cuerdas para volar y, con sus amplias y deseables caderas, dar un golpe en seco por la espalda a la que fuera su compañera”.

La Calandria se levanta hecha un torbellino y la carioca no ve por dónde le tunden los golpes. La lucha es tan desigual que el réferi interrumpe, dándole esa caída a la mujer-ave, pero también un respiro a Lady Farinha.

Parece que la misteriosa mujer deja salir una furia de años y piensa desquitarla con su ahora oponente, arrinconándola de cara a la esquina lejana del ring.

“¡La mujer-ave pretende despojar a la brasileña caderona de su máscara verde-amarelada! Lady Farinha parece decirle algo a su oponente”.

— No la chingues, ¡me estás matando! –dice– Se supone que todo está arreglado para que yo gane la corona. –Le exige la carioca (que en realidad nació en La Merced) con gesto doloroso.

Calandria piensa un momento, le dice algo a su oponente y la jala de la cola azabache para impulsarla contra las cuerdas del lado norte mientras toma vuelo del lado contrario. La elasticidad de las cuerdas le da fuerza para levantarse por los aires.

“¡La Calandria enmascarada vuela sobre Lady Farinha como si fuera Superman! Pero la amazona alza sus brazos y aprovecha el impulso para mandarla sobre las cuerdas ¡fuera del ring!”

El locutor la ve volar muy por encima de él y se queda mudo. Ella hace un giro y queda con los pies por delante, llegando precisamente sobre Rodrik. Una doble patada entre mandíbula y hombros llegan con todo el peso del vuelo de La Calandria, hasta romper la butaca en la que se embriagaba el mecánico. El caos alza una polvareda. Ella se levanta y ve a Rodrik ruinoso, sangrando por la nariz y bañado en cerveza.

Jano está junto a ella e instintivamente recarga su cabeza en la cadera de la luchadora pasando su brazo por la cintura. Ella acaricia su cabello a una mano sin dejar de ver al borracho tendido.

“¿Está desmayado o está muerto? No lo sabremos hasta que lleguen las asistencias médicas al lugar de los hechos. Parece que el hombre en el piso fue el que le propinó tremenda nalgada a Calandria Enmascarada mientras hacía su aparición en público. ¡Esto parece justicia divina!”.

Dice el comentarista, que no para de hablar emocionado.

La Calandria Enmascarada regresa al ring en majestuosa parsimonia, sabedora de que es dueña de la victoria. Silbará la canción de triunfo –que todos reconocen- mientras toma el cinturón de campeona. Y desaparecerá de la Lucha Libre para siempre.

 

Las verdades de las frases falsas

 


“Con las frases que actualmente se aluden a El Principito,

el libro de Antoine de Saint Exuperi tendría más páginas que La Biblia”.

Tom Heldan

 

“Sé que esa frase no es tuya, pero me gusta”.

Boulevardo Calles

 

Abraham Lincoln no expresó: “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”. Pero es cierto.

Existen en la historia de la literatura, sobre todo la contemporánea, la del “dar clic”, a frases que se vuelven tendencia, las cuales contienen aforismos, sentencias o epigramas de autoría de algún personaje histórico o gran autor que cambió la literatura de sus tiempos, pero que, al revisar en la susodicha obra, resulta falso que este personaje lo haya expresado y sólo se le dio la autoría para lograr más “Likes” o más certeza al discurso, que ya por eso tiene una falsedad de inicio.

Pero, analizando las frases, estas tienen su carga de verdad en cuanto al tono filosófico o cultural, y, de hecho, no importa si el autor es Shakespeare o un completo desconocido, sino la carga de intensidad que trae a nuestros corazones tal pensamiento.

Hay sentencias que se alude han cambiado la historia, pero que, luego del trabajo de lingüistas, traductores e investigadores literarios, se aclara que los autores en cuestión “no dijeron exactamente eso”. ¿La máxima perdió validez?

Repasemos algunas de estas “frases falsas”:

No hay registros históricos de que el ex presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln haya expresado la frase arriba mencionada. Pero es verdad que la mentira cae, a veces más tarde que temprano (ah, buena frase, se la voy a atribuir a El Principito).

Las primeras referencias a la frase se ubican en un discurso de 1858, sin embargo, la Asociación Abraham Lincoln señala que la única fuente es un resumen incompleto del discurso que no certifica la cita textual. Testigos de la época sostienen que el espíritu de la frase existió, pero no hay pruebas de que esta haya sido pronunciada por Lincoln.

En el sitio de internet chequeado.com/el-explicador/, Ignacio Corral hace referencia en sus artículos a un sinnúmero de frases que están fuera de la verdad, del autor o del contexto histórico que se le atribuyó para hacerlas virales. Lo cual no las aleja de que nos estimulen a pensar. Hay notables ejemplos de estas frases falsas:

John Lennon no dijo: “La felicidad está dentro de uno, no al lado de alguien”. No hay evidencia de que el exBeatle haya pronunciado esta frase en ningún contexto, incluso, algunos medios adjudican la autoría a Marilyn Monroe.

Otra de Lennon: “Cuando tenía 5 años, mi madre siempre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande. Escribí ‘feliz’. Me dijeron que no entendía la tarea y les dije que no entendían la vida”. Tampoco hay registro de que esta cita sea del líder de Los Beatles; lo hubiera hecho una canción, no hay duda.

Hablando de Marilyn Monroe, ella no dijo: “Las mujeres que se portan bien rara vez hacen historia”. La cita se le ha adjudicado a la güera sexy, pero es de la historiadora de la Universidad de Harvard Laurel Urlich, quien la publicó en un artículo en la década del ‘70. Lo que sí dijo Marilyn fue: “Si hubiera observado todas las reglas, nunca habría llegado a ninguna parte”.

Ernesto “Che” Guevara no dijo: “Prefiero morir de pie a vivir de rodillas”. Si Zapata viviera ya habría matado otra vez al Che. El primer registro de tal afirmación anti-agachona fue en un discurso de 1936 de la española Dolores Ibárruri. Otras fuentes sostienen que Ibárruri tomó la frase del revolucionario mexicano Emilio Zapata, que falleció antes del nacimiento del argentino. La frase Viva México, cabr*nes (cuyo autor es Alex Lora, creo) aplica en este momento. La biografía de Jon Lee Anderson sobre el “Che” no hace ninguna referencia a esta cita.

Mafalda no dijo: “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”. Esto lo desmintió el propio Quino, quien agregó que Mafalda nunca lo hubiera dicho “porque ella siempre fue muy emprendedora”. Al respecto, Daniel Divinsky, editor y amigo del autor de Mafalda, expresó que “más de la mitad (de las frases que se encuentran en internet sobre Mafalda) son falsas”.

No hay registros de que Nicolás Maquiavelo haya dicho: “El fin justifica los medios”. Distintas publicaciones le adjudican al escritor italiano (1469-1527) haber expresado esta cita en la obra “El Príncipe”. Pero la frase explícita no está presente en el texto publicado en el año 1513 ni en ninguna de sus otras publicaciones. Se registran ideas parecidas en sus libros, pero nada tan condensado como eso.

Es falso que Shakespeare dijo: “Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, sé feliz y siempre sonríe”. Bueno, existen dudas de que hasta Shakespeare sea Shakespeare, pero eso es otra historia. Abbie Weinberg explicó al sitio PolitiFact: “Francamente, ni siquiera suena como Shakespeare, así que no tengo idea de cómo sucedió esta atribución errónea”. 

Albert Einstein nunca dijo: “Temo por el día en el que la tecnología sobrepase la interacción humana. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”, aunque tenía razón. La cita se difunde desde 2012, pero esto es falso. El libro The ultimate quotable Einstein (Albert Einstein: el libro definitivo de citas, en español) contiene más de 1,600 citas del científico y no arroja ninguna coincidencia con la frase viral que le adjudican con presunción de sabios.

Galileo Galilei no dijo ante la Inquisición romana: “Y, sin embargo, se mueve”. (En esos momentos pensaba: “El miedo no anda en burro”, que se atribuye a La India María). El libro Hombres de Física: Galileo Galilei, Su Vida y Sus Obras, del físico estadounidense Raymond Seeger, da cuenta de que “la leyenda de que se levantó murmurando ‘eppur si muove’ suena como una ocurrencia tardía natural que bien pudo haber expresado al recordar más tarde el incidente”. Lo dijo, pues, pero NO en cara de los padrecitos inquisidores.

La mentira cae, a veces más tarde que temprano –les digo–. Hay sitios como el británico Full Fact, newtral, quote investigator, etc. Dedicados a encontrar y exhibir todas estas frases falsas. Hay infinidad de frases, como para amanecernos (o publicar otras tres notas domingueras) debatiendo sobre la autoría y el contenido.

Lauro Zavala, investigador mexicano de teoría literaria, habla de la hipertextualidad en el cuento posmoderno, aduciendo que las nuevas historias vienen nutridas de los clásicos y las viejas historias que abrevaron los actuales autores, lo cual no es un plagio, sino mera influencia. La literatura evoluciona manteniendo su significancia (guau, otra frase de peluche, me la asigno antes que otros la lean), es el lector quien finalmente abreva de toda la literatura gracias a la hipertextualidad. Todo forma parte del aprendizaje, pues, pero hay que anotar bien las fuentes. En conclusión: “Los que hacen referencia a sabios para hacerse ver como sabios… son idiotas”. Alguien tenía que decirlo.

Para terminar, El Principito nunca dijo: “Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó” o: “Quédate con quien te cubra del frío, te cobije ante el miedo y te cuide del mal”, tampoco: “No permitas que tu sonrisa se apague; alguien te busca para juntos brillar” ni: “Me voy a morir esperando a que arregles tu p*to avión”. Pero todo es verdad. Saludos.

 

Publicado en Ecodiario ZACATECAS, el 20 de octubre del 2024.

 

sábado, 12 de octubre de 2024

 

Guía nunca solicitada para ganar un Premio Nobel de Literatura

 


Publicado en ECODIARIO Zacatecas el 13 de octubre del 2024


“¿Quién puede reflexionar mejor que nadie sobre la vida?

Pues aquel que puede morirse en cualquier momento...” 

Han Kang, La clase de griego (2011).

 

Contra todos los pronósticos –hasta los de la IA- la surcoreana Han Kang ha sido elegida como la Premio Nobel de Literatura 2024, básicamente “por su intensa prosa poética que confronta los traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana” según lo dio a conocer Anders Olsson, Presidente del Comité Nobel, el pasado 10 de octubre. Siendo la mujer número 18 en obtener el Premio Nobel, Han Kang es la primera surcoreana, además, en lograrlo. Cabe agregar también, para sorpresa de todos, que no es una autora que se dedique exclusivamente a escribir, ya que es profesora de creación literaria en Seúl, por lo que, a la espera de su discurso al recibir el galardón, el próximo 10 de diciembre, lo más seguro es saber que no esperaba tal distinción. No por ello que no lo mereciera. Estamos ante un caso en el que la obra es el pilar del merecimiento.

El Nobel de Kang fue una sorpresa. Tanto la Inteligencia Artificial, como las casas de apuestas y los más notables críticos literarios, coincidían en que los escritores que más se acercan al Nobel eran otros:

Los principales críticos literarios del mundo apostaban por Haruki Murakami (Japón) otra vez, Can Xue, de China y el rumano Mircea Cartarescu.

Por su parte, ChatGPT y Copilot, Inteligencias Artificiales, agregaron otros tres nombres a la respuesta de quién consideraban como el candidato a ganar el Premio Nobel de Literatura: Margaret Atwood, de Canadá, Salman Rushdie, del Reino Unido y el australiano Gerald Murnane.

ChatGPT respondió "No se puede predecir con certeza quién ganará el Premio Nobel de Literatura, ya que depende de muchos factores, incluyendo la opinión de los académicos y la relevancia de las obras publicadas", pero dio los seis nombres citados anteriormente.

La Casa londinense de apuestas Ladbrokes, por su parte, agregó en su lista para el Premio Nobel de Literatura 2024 al argentino César Aira, Ersi Sotiropoulos, escritora y poeta griega y Anne Carson de Canadá.

Que no estuviera como favorita en las principales listas de contendientes no significa que Han Kang no lo mereciera. La lista de excandidatos al Nobel de Literatura se caracterizó por su diversidad tanto en origen como en enfoque temático. El estilo de la escritora surcoreana puede servirnos como base a la línea que sigue la academia sueca para reconocer a los literatos: sin grandes ambiciones, preocupada por la vida de su gente y los derroteros que toma el mundo actualmente.

Para Han Kang, “Hacer preguntas, eso es para mí escribir. No escribo respuestas, simplemente me afano por responder preguntas, trato de permanecer mucho tiempo dentro de ellas”. Según lo expresó en una entrevista a Wmagazin hace 7 años. Su estilo no será el que obligan los Best sellers, porque para Han “La belleza de la simplicidad radica en su pureza, en su renuncia a las tentaciones mundanas”. Eso la hace diferente a los autores que se esperaba ganaran el Nobel, pero a la vez con la intensidad que se requiere en estos momentos para voltear los ojos hacia su obra.

Cada año, aparte de esperar que gane Murakami, el Premio Nobel de Literatura nos da la oportunidad de conocer a escritores cuyo trabajo no solo se destaca por su calidad, sino además por su relevancia cultural y su intención –entre líneas- de provocar cambios en la sociedad.

Basta comparar lo que piensa Han Kang con frases de la obra de candidatos que se quedaron en el camino:

Haruki Murakami: "Escribir una o dos novelas buenas no es tan difícil, pero escribir novelas durante mucho tiempo, vivir de ello, sobrevivir como escritor, es extremadamente difícil … Los escritores somos como ese tipo de pez que muere ahogado si no nada sin descanso."

Can Xue, por su parte: “Mi escritura es para fusionarse con la naturaleza. Siempre he creído que la naturaleza me eligió a mí para defenderla.

Mircea Cartarescu dice sobre la mujer: “Tú tienes suerte: serás una mujer. Nosotros, los hombres, no valemos para nada. Siempre buscamos cosas que, además, no conoceremos jamás. Destruimos nuestras vidas lejos de los demás por culpa de nuestra locura sin límites. El verdadero ser humano es la mujer. Nosotros somos unos simples seres modificados, tarados. Puesto que no podemos sacar al mundo de nuestro vientre, lo sacamos de nuestra cabeza. La mujer vive, el hombre escribe.»

Margaret Atwood recomienda al escribir: “Cuando todo lo demás falle, escribe lo que te dice tu corazón, no puedes depender de tus ojos cuando tu imaginación está fuera de foco”.

Todas estas perspectivas nos dan una imagen de lo que rodea al Premio Nobel de Literatura, más que una conveniencia geopolítica o de gustos, se elige aquello que podrá cambiar nuestras conciencias.

Finalmente, decir “quiero ganar el Premio Nobel” de cualquier especialidad, puede sonar más a pretensión que a sueño de vida. Pregúntenle a Murakami, siempre candidato, pero nunca ganador –igualmente gana buena cantidad de $ por sus exitosos libros publicados–. El trabajo y la espera son buenos elementos, sobre todo: NO quedarse callados. Para ganar un Nobel, no basta desear ganar el Nobel… el requisito primordial es desear cambiar la historia.

 

 

 

 

 

sábado, 5 de octubre de 2024

 

Caballos lentos, pero de buen colmillo
 

“Se detuvo y fingió mirar la hora en el reloj;

 una maniobra idéntica a cuando se mira la hora de verdad”.

Mick Herron

 

“Las mujeres rápidas y los caballos lentos arruinarán tu vida”.

Steven Knight

Peaky Blinders

 

Las historias de espías fueron alguna vez el alter ego del cine mundial. Con la posguerra, después de 1945, y la Guerra Fría, ante los movimientos geopolíticos de los años 50 y 60 del pasado siglo, había “carne de cañón” para todas estas novelas, de las cuales James Bond, el agente 007 de Ian Fleming, fue la más popular.

Pero los años han hecho mella en la historia. Cayó el muro de Berlín (y el bloque soviético), se congeló la guerra fría y, con las nuevas tecnologías (los “juguetitos” de Bond, James Bond, pasaron de dar sorpresa a dar risa), hoy en día las figuras del espionaje tienen que esforzarse más para lograr un Best Seller de su autor o una adaptación al cine con recaudación decente en taquilla. Los imaginativos trucos de aquellos que salvan al mundo antes del desayuno ya parecen “caballo cansado”, por su escasa originalidad.

Pero hay una saga de, hasta ahora, seis libros –seguida de una serie de TV que esta semana termina su cuarta temporada– que le ha dado un giro a todo este sistema del contraespionaje de alta gama, para echar otra mirada a los que malparió el fin de la guerra fría, abandonándolos en el rincón más sucio, como a la “pobre muñeca fea”.

El mes pasado salió a la luz En el país de los espías, de Mick Herron, la sexta entrega de la multipremiada serie de best sellers ingleses sobre los «caballos lentos», título del libro que abrió la saga (tres millones de copias vendidas), la cual dentro de la mismísima MI5, agencia de espionaje británica que apadrinó por décadas al agente 007, nos lleva hasta los entresijos del lugar a donde mandan a los agentes indeseables, los que cometieron algún error grave en su trabajo de espionaje o a quienes quieren olvidar poniéndolos fuera del alcance de todos: La Ciénaga. Hasta ahí va a parar Jackson Lamb, agente que dio todo por su país durante la guerra fría, pero ahora es el insufrible, odioso y alcohólico jefe de este grupo que parece que no da una, pero algunas veces, por error, salvan al mundo.

Cada temporada de la serie de TV en streaming, que se transmite por Apple TV, se basa, durante seis capítulos, en cada uno de los libros de la saga de Mick Herron. Hablemos de qué tratan los libros:

Caballos lentos. Jackson Lamb está la Ciénaga, un vertedero en Londres al que van a parar los miembros de los servicios secretos que han cometido un error. Sus colegas los denominan «caballos lentos», son algo así como los parientes pobres del espionaje británico. Nadie del MI5 desea estar ahí. River Cartwright, se pasa el día transcribiendo conversaciones interceptadas de teléfonos móviles, cuando secuestran a un joven y los autores amenazan con decapitarlo en directo por internet. River ve la oportunidad para redimirse. Mientras se acerca al plazo para la ejecución, descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos, y si los caballos lentos no se avivan, el eco del crimen se difundirá por todo el mundo.

Leones muertos. Los agentes de la Casa de la Ciénaga escoltan a un oligarca ruso de visita en Londres, que el MI5 pretende alistar en sus filas. Mientras dos agentes son enviados al trabajo de vigilancia, Dickie Bow, un antiguo espía de la época de la Guerra Fría, es hallado muerto en un autobús. Jackson Lamb está convencido de que Dickie Bow ha sido asesinado. Porque si has sido espía, lo eres para siempre. Así, cuando los "caballos lentos" investigan, ponen al descubierto secretos de la Guerra Fría que parece conducir a Alexander Popov, una antigua leyenda soviética, que ahora es el hombre más peligroso del mundo.

Tigres de verdad. Cuando secuestran a un caballo lento y les exigen un rescate, los agentes de la Ciénaga se ven obligados a burlar las medidas de seguridad de la oficina central del MI5 y robar información valiosa como moneda de cambio para salvar a su colega. Sin embargo, ese incidente no es más que la punta del iceberg de una conspiración a gran escala, en la que no solo está implicada una banda secuestradora, sino también alguien del servicio secreto.

La calle de los espías. David Cartwright antiguo jefe del MI5 parece haber perdido la cabeza (demencia senil, le llaman). Su nieto River, un «caballo lento», debe investigar. Pero su abuelo no está loco, sabe que debe cuidarse de sus antiguos “pecados”. Jackson Lamb trabajó durante un tiempo con el abuelo de River y sabe que es «un espía viejo y desagradable con las manos manchadas de sangre».

Las reglas de Londres. El nuevo director del MI5, Claude Whelan, encargado de proteger a un primer ministro acosado, se enfrenta a ataques de un parlamentario y de su esposa, que escribe una columna en la prensa sensacionalista. Además, el país se ve agitado por una serie de ataques terroristas en apariencia aleatorios. En la Ciénaga, sus miembros lidian con la sospecha de que su nuevo compañero es un psicópata y trata de matar a uno de ellos. La situación es mala, pero siempre podremos contar con los caballos lentos para que sea mucho peor.

En el país de los espías. En la Ciénaga se agitan los recuerdos, todos ellos malos. Catherine Standish vuelve a comprar alcohol, Louisa Guy remueve las cenizas de su amor perdido y el nuevo recluta, Lech Wicinski, marginado incluso entre los «caballos lentos», está decidido a descubrir quién arruinó su carrera. Mientras tanto, el mandato de Diana Taverner como Primera Mesa tropieza con arduas dificultades: si quiere que el servicio se adapte a su propósito, puede que tenga que hacer tratos con un viejo y conocido demonio. Jackson Lamb preferiría quedarse tranquilo y meditando en paz, pero las sombras de su pasado lo alcanzan, así que, cuando un conocido traidor aparece en escena, Lamb envía a su equipo a igualar el marcador.

Sobre los libros: El último de ellos es considerado el mejor, mostrando la madurez de Mick Herron, al llevarnos al filo de la silla a cada vuelta de página, sin saber si lo que suceda será la estupidez de uno de los caballos lentos o la solución a una amenaza mundial, que podría ser solamente un gato en el tejado del viejo Londres. La narrativa de Herron hace volar nuestra imaginación a cada trazo de pluma. Es atrayente de principio a fin.

Sobre la serie de TV: Las imágenes de Londres, tanto el centro de negocios como los suburbios, son de lo mejor. Hasta parece publicidad turística al estilo inglés. Entre los rojos camiones de dos pisos y los taxis negros, pasa la muerte destruyendo todo a su paso.

Cabe resaltar la excelente actuación de Gary Oldman, ganador del Oscar por su actuación en Drácula de Bram Stoker, como el agente Jackson Lamb, regordete, alcohólico, imbañable, pedorro e insufrible, cuyo papel solicitó el mismo Oldman, luego de haber leído las primeras entregas de la saga. Además, tiene otras actuaciones sobresalientes, como Kristin Scott Thomas y Jonathan Pryce, aderezado por la canción tema, interpretada por el mismísimo Mick Jagger. Excelentes producciones que nos dejan esperando más al finalizar el sexto capítulo de cada temporada.

Caballos lentos es, además de una joya de la literatura inglesa contemporánea, una nueva visión desde el streaming sobre los derroteros que ha tomado el espionaje a nivel mundial. Vale la pena leer los libros y ver las temporadas ya estrenadas + las que vienen. Saludos.